jueves, 12 de marzo de 2015

VENUSTIANO CARRANZA



José Venustiano Carranza Garza nació en Cuatro Ciénegas, Coahuila, el 29 de diciembre de 1859 -Tlaxcalantongo, murió en  Puebla, el 21 de mayo de 1920 fue un político y empresario mexicano que participó en la segunda etapa de la Revolución Mexicana, tras el asesinato de Francisco I. Madero, con quien logró derrocar al gobierno usurpador del general Victoriano Huerta. Fue el encargado del Poder Ejecutivo desde el 14 de agosto de 1914 y Presidente de México de manera Constitucional de 1917 a 1920, año en que fue asesinado por tropas del general Rodolfo Herrero.

Inició su carrera política cuando fue electo presidente municipal de Cuatro Ciénegas, en la época del gobernador José María Garza Galán, pero debido a que sus relaciones con él eran pésimas, renunció. Por tal motivo, cuando Garza Galán intentó reelegirse, Carranza se rebeló participando políticamente en su contra. No tomó las armas pero convenció a Porfirio Díaz de que el movimiento no era anti porfirista. Bernardo Reyes fue designado mediador, y apoyó a Venustiano Carranza para que se reintegrara a la política. Fue así como volvió a la presidencia municipal de Cuatro Ciénegas de 1894 a 1898. Además, fue diputado local al Congreso de Coahuila y diputado y senador al Congreso de la Unión. En 1908, ocupó la gubernatura   de manera interina. Se creyó que sería el próximo gobernador, pero su participación en el movimiento reyista le trajo oposición de Porfirio Díaz y de los Científicos. A pesar de ello, presentó su candidatura independiente al gobierno de su estado, siendo derrotado por Jesús de Valle.

En un principio no se comprometió con Francisco I. Madero, pues continuó con la esperanza de que algún día el general Bernardo Reyes, quien lo había apoyado en su lucha contra Garza Galán, regresara al país a suceder a Porfirio Díaz. Al ver que esto no sucedía, y cercanas las elecciones presidenciales, decidió adherirse al maderismo, exiliándose en San Antonio, Texas, y comprometiéndose a acudir al llamado de las armas. Aunque no llegó a penetrar el estado como rebelde, fue designado por Francisco I. Madero como gobernador de Coahuila. Luego lo nombró secretario de Guerra y Marina en su gabinete provisional de Ciudad Juárez, a pesar de ser un civil. Fue ratificado en su cargo de gobernador de Coahuila, para el que poco después fue electo. Como gobernador de su estado, organizó fuerzas auxiliares que impidieron el paso de los rebeldes orozquistas a Coahuila en 1912.

A esta reunión se le conoció con el nombre de Convención de Aguascalientes, que fuera convocada el 1 de octubre de 1914 por Venustiano Carranza. Si bien en un principio los zapatistas no fueron llamados a la Convención, luego de una misiva se incorporaron a las sesiones, y fue así como se complicaron las aspiraciones políticas de Carranza, ya que villistas y zapatistas expusieron sus ideales en la Convención y lograron convencer a carrancistas y obregonistas que pronto se incorporaron a la nueva legislatura y pugnaron por el retiro de Carranza como Primer Jefe.

En su punto doce, el Plan de Ayala zapatista tenía prevista una junta de los principales jefes revolucionarios de los distintos estados similar a la de la Convención, para que así éstos pudieran nombrar a un presidente interino, al que se daría el encargo de convocar a elecciones de un nuevo Congreso de la Unión, que a su vez convocaría a elecciones para integrar los demás poderes de la Unión.

Si bien esta parece ser la propuesta más democrática, Carranza parecía no estar de acuerdo con esto. Su llamado para la conformación de la Convención en la Ciudad de México no llevaba otra finalidad más que la de concentrar y organizar bajo su mando todas las fuerzas revolucionarias que a lo largo y ancho del país se habían levantado en armas, para así constituirse en el hombre predestinado a ocupar la Presidencia de la República y no, como sucedió, en una especie de legislatura que buscó darle un nuevo rumbo a la República en vías de democratizar a la nación.

La Convención, que Carranza creyó lo legitimaría, lo desconoció como presidente, lo cesó de su cargo y nombró a Eulalio Gutiérrez Ortiz como Presidente provisional. Carranza, en lugar de acatar las decisiones de la Junta, la declaró en rebelión y en enero de 1915 partió a Veracruz con el personal de su administración. Ahí reorganizó su ejército con el apoyo de los generales Álvaro Obregón, Pablo González Garza, Cándido Aguilar, Salvador Alvarado, Jacinto B. Treviño, Francisco Coss y otros. Además, al igual que Francisco Villa, decretó su propia Ley Agraria el 6 de enero de 1915 y expidió las adiciones al Plan de Guadalupe referentes al divorcio, municipio libre, independencia del Poder Judicial, accidentes del Trabajo, suspensión de la Lotería Nacional, etc.

Cuando las fuerzas convencionistas fueron derrotadas, Carranza creyó conveniente consolidar en reformas constitucionales su movimiento político, cuestión que ya había comentado al referirse sobre la necesidad de rehacer la Constitución de 1857 desde un discurso que dio en Hermosillo el 24 de septiembre de 1913. La debilidad del zapatismo permitió que se tomara la ciudad de México, y fue éste triunfo, el que le trajo el reconocimiento oficial del gobierno estadounidense, en octubre de 1915.

El 14 de septiembre de 1916, Carranza anunció la necesidad de convocar a un congreso constituyente para reformar la Constitución de 1857. En dicha convocatoria, se estipuló que por cada 70 mil habitantes se nombraría un diputado, aproximadamente, pues algunos estados dominados por fuerzas villistas o zapatistas enviaron representaciones mínimas. Los requisitos de representación eran los mismos de la Constitución de 1857, sólo que se incluía, el no haber ayudado con las armas o desempeñando un empleo público con los gobiernos o facciones hostiles a la causa constitucionalista excluyéndose así el ideal villista y zapatista. Dicho Congreso, fue una asamblea de políticos conformada principalmente por abogados, profesores, ingenieros y militares de clase media. Sólo la minoría tenía experiencia parlamentaria, pues ya antes habían pertenecido a una agrupación llamada “Bloque liberal renovador”, que años atrás habían legitimado el régimen huertista perteneciendo a la XXVI Legislatura.

Cuando Carranza propuso su proyecto de Constitución, que, originalmente pretendió ser una reforma a la Constitución liberal de 1857, los diputados más progresistas repudiaron el texto, mientras que los del Bloque liberal renovador estuvieron de acuerdo con él. Para la mayoría parlamentaria, no expresaba los ideales por los que ellos ni el pueblo habían luchado: la visión carrancista era insuficiente en temas de suma importancia para los diputados revolucionarios, obreros, campesinos y militares que se habían solidarizado en cierta forma con villistas y zapatistas durante la Convención. Al conocer el proyecto carrancista sobre la libertad de trabajo, por una parte, y la propiedad territorial, por la otra, que había sido tomada de la de 1857, señalaron que las demandas obreras y campesinos no estaban siendo atendidas

A raíz de esto, exigieron al Primer Jefe, se respetaran e incorporaran las disposiciones que luego serían conocidas como derechos o garantías sociales. Los constituyentes ortodoxos, juristas y maestros en derecho, creían inadecuada la incorporación de los derechos de los trabajadores en la ley suprema porque contraviene la técnica constitucional. Consideraban inoportuno que ésta hablare de la duración de la jornada, salario mínimo y del trabajo de las mujeres, pues según ellos todo eso era legislación secundaria. Por su parte, a los legisladores provenientes de las luchas obreras y campesinas no les importo dicho argumento y estaban empeñados en ver sus demandas inscritas en la ley suprema.

Por ejemplo, con objeto de hacer efectiva la reforma agraria, la redacción original del artículo 27 sostiene la fracción de los latifundios, el desarrollo de la pequeña propiedad, la creación de nuevos centros de población agrícola con las tierras y aguas que les sean indispensables, el fomento de la agricultura y la prevención de la destrucción de la naturaleza. El ideal de propiedad escrito en el artículo 27 en sus inicios no se ajustaba completamente a los cánones de un capitalismo clásico ni a los del socialismo. Era, en sí, una mezcla de ambos pensamientos, uno más tenue que otro. Del capitalismo conservaba la propiedad privada, pero al limitarla a una extensión máxima rompía con el arquetipo liberal, que pugna por la no intromisión del Estado en las relaciones mercantiles entre los ciudadanos; del socialismo, coincidía en el impulso de la propiedad colectiva, tales como el ejido y demás propiedades en este sentido. Si bien, tanto zapatistas como villistas no podían formar parte del Congreso, con la constitución se manifiesta la enorme influencia ideológica luego de la Convención.

Independientemente el proyecto que había presentado Venustiano Carranza fue modificado sustancialmente, y no obstante no estaba de acuerdo con los cambios hechos a la misma, éste tuvo que adaptarse a ideales de sus antiguos enemigos irreconciliables que habían influenciado inclusive a sus más cercanos allegados, promulgando la Constitución el 5 de febrero de 1917. Desde entonces, sería conocida como la Constitución de 1917, misma que introdujo algunos conceptos sociales muy avanzados para su época, como las relaciones obrero-patronales, que quedaron plasmadas en el artículo 123 y las reformas educativa y agraria que quedaron plasmadas en los artículos 3 y 27, respectivamente.

La fase gubernativa carrancista se divide en dos periodos, preconstitucional y constitucional, siendo La constitución de 1917 el “parte aguas” de este gobierno. El primer periodo se caracterizó por que permanecían en armas los villistas y los zapatistas. Otro de los mayores problemas del año 1916 fue diplomático y militar, ya que como represalia por la incursión de Francisco Villa al pueblo de Columbus, en Nuevo México, el gobierno norteamericano envió tropas para combatir al revolucionario, las cuales permanecieron en México, poco menos de un año. Para llevar a cabo la transición del proceso revolucionario a la creación de un Estado posterior a la revolución, los grupos vencedores debían definir su proyecto de país, lo que hicieron precisamente, mediante la Constitución de 1917. La nueva ley suprema debía ser elaborada por diputados de todo el país, la participación de ellos se establecería por la cantidad de habitantes de cada estado y no podían ser elegidos quienes hubieran sido enemigos del constitucionalismo, entre otros: huertistas, convencionistas, además de otros grupos antagonistas como reyistas y maderistas. Todas estas diferencias provocaron grandes problemas y polémicas durante las sesiones. Así mismo, la lucha armada había sido hecha por gente rural y los diputados que eligieron el México futuro fueron elegidos por gente urbana, lo cierto es que las regiones que habían sido más activas en la lucha armada tuvieron menos representantes en el congreso constituyente. La nueva constitución plasmo diferencias con respecto a la Constitución de 1857 ya que la primera fue apegada al liberalismo y la segunda fue muy realista de acuerdo a las condiciones internacionales de su tiempo.

El 9 de abril de 1917, convocó a elecciones para diputados y senadores a la XXVII Legislatura del Congreso de la Unión y para presidente de la República. Postulado por el Partido Liberal Constitucionalista, ganó las elecciones y el 1 de diciembre de 1917.tomó posesión como presidente constitucional. Durante su gobierno Carranza se dio a la tarea de pacificar el país, reorganizar la administración y los poderes, y hacer valer la constitución que había sido promulgada.

En 1920 buscó imponer como presidente de la República a un civil, el Ing. Ignacio Bonillas, pues ya para entonces era contrario a la ideología política mostrada por Álvaro Obregón y se encontraba desilusionado por la actitud de Pablo González Garza. Dicha actitud, causó una revuelta encabezada por Álvaro Obregón, quien desconoció a Bonillas y se sublevó en su contra al amparo del Plan de Agua Prieta y de Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta, por un lado, y González, por el otro.

Cuando ambos bandos obtuvieron el apoyo de la mayor parte del ejército, Carranza decidió trasladar la sede del gobierno nacional al puerto de Veracruz, donde ya había permanecido durante la guerra con Villa, de esa forma saldría con todo su gabinete y sus familias, su mobiliario no solo personal si no de algunas de las secretarías del gobierno, más pertrechos de guerra, y los fondos del Gobierno Federal: grandes cantidades de monedas de plata y oro, billetes y barras de oro y plata que había en la Tesorería.

El 20 de mayo de 1920 deja la estación de Aljibes, Puebla, al conocerse que las vías habían sido dinamitadas, internándose en la Sierra Norte del Estado de Puebla con muchos de sus seguidores, incluida una escolta de cadetes del Colegio Militar, en un intento desesperado por alcanzar el puerto de Veracruz.

Así llegaría hasta el pequeño pueblo de Tlaxcalantongo, Puebla, donde sería asesinado mientras dormía en un jacal por las tropas del Gral. Rodolfo Herrero, por la madrugada del 21 de mayo de 1920.

Fue enterrado en el Panteón Civil de Dolores en la Ciudad de México, en el año de 1942 sus restos fueron depositados en el Monumento a la Revolución, donde permanecen hasta la fecha.

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