A San José,
Dios le encomendó la inmensa responsabilidad y privilegio de ser esposo de la
Virgen María y custodio de la Sagrada Familia. Es por eso el santo que más
cerca esta de Jesús y de la Sma. Virgen María. Nuestro Señor fue llamado
"hijo de José" el carpintero.
No era
padre natural de Jesús quién fue engendrado en el vientre virginal de la Sma.
Virgen María por obra del Espíritu Santo y es Hijo de Dios, pero José lo adoptó
y Jesús se sometió a el como un buen hijo ante su padre.
¡Cuánto
influenció José en el desarrollo humano del niño Jesús! ¡Qué perfecta unión
existió en su ejemplar matrimonio con María! San José es llamado el "Santo
del silencio" no conocemos palabras expresadas por él, tan solo conocemos
sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre responsable del
bienestar de su amadísima esposa y de su excepcional Hijo.
José fue
"santo" desde antes de los desposorios.
Un
"escogido" de Dios. Desde el principio recibió la gracia de discernir
los mandatos del Señor.
Las
principales fuentes de información sobre la vida de San José son los primeros
capítulos del evangelio de Mateo y de Lucas. Son al mismo tiempo las únicas
fuentes seguras por ser parte de la Revelación. San Mateo llama a San José el
hijo de Jacob; según San Lucas, su padre era Heli.
Probablemente
nació en Belén, la ciudad de David del que era descendiente. Pero al comienzo
de la historia de los Evangelios poco antes de la Anunciación, San José vivía
en Nazaret.
San José
era un "tekton". La palabra significa en particular que era
carpintero. San Justino lo confirma y la tradición ha aceptado esta interpretación.
Si el matrimonio de San José con La Sma. Virgen ocurrió antes o después de la
Encarnación aun es discutido por los exegetas.
La mayoría
de los comentadores, siguiendo a Santo Tomás, opinan que en la Anunciación, la
Virgen María estaba solo prometida a José. Santo Tomás observa que esta
interpretación encaja mejor con los datos bíblicos. Los hombres por lo general
se casaban muy jóvenes y San José tendría quizás de 18 a 20 años de edad cuando
se desposó con María. Era un joven justo, casto, honesto, humilde
carpintero...ejemplo para todos nosotros. La literatura apócrifa, especialmente
el "Evangelio de Santiago", el "Pseudo Mateo" y el
"Evangelio de la Natividad de la Virgen María", "La Historia de
San José el Carpintero", y la "Vida de la Virgen y la Muerte de San
José provee muchos detalles pero estos libros no están dentro del canon de las
Sagradas Escrituras y no son confiables. Amor virginal Algunos libros apócrifos
cuentan que San José era un viudo de noventa años de edad cuando se casó con la
Sma. Virgen María quien tendría entre 12 a 14 años. Estas historias no tienen
validez y San Jerónimo los llama "sueños". Sin embargo han dado pie a
muchas representaciones artísticas. La razón de pretender un San José tan mayor
quizás responde a la dificultad de una relación virginal entre dos jóvenes
esposos. Esta dificultad responde a la naturaleza caída, pero se vence con la
gracia de Dios. Ambos recibieron extraordinarias gracias a las que siempre
supieron corresponder. En la relación esposal de San José y la Virgen María
tenemos un ejemplo para todo matrimonio. Nos enseña que el fundamento de la
unión conyugal está en la comunión de corazones en el amor divino. Para los
esposos, la unión de cuerpos debe ser una expresión de ese amor y por ende un
don de Dios. San José y María Santísima, sin embargo, permanecieron vírgenes
por razón de su privilegiada misión en relación a Jesús. La virginidad, como
donación total a Dios, nunca es una carencia; abre las puertas para comunicar
el amor divino en la forma más pura y sublime. Dios habitaba siempre en
aquellos corazones puros y ellos compartían entre sí los frutos del amor que
recibían de Dios. El matrimonio fue auténtico, pero al mismo tiempo, según San
Agustín y otros, los esposos tenían la intención de permanecer en el estado
virginal. Pronto la fe de San José fue probada con el misterioso embarazo de
María.
No conociendo
el misterio de la Encarnación y no queriendo exponerla al repudio y su posible
condena a lapidación, pensaba retirarse cuando el ángel del Señor se le
apareció en sueño: "Su marido José, como era justo y no quería ponerla en
evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Ángel
del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas
tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu
Santo. Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había
mandado, y tomó consigo a su mujer." Unos meses mas tarde, llegó el
momento para S. José y María de partir hacia Belén para apadrinarse según el
decreto de Cesar Augustus. Esto vino en muy difícil momento ya que ella estaba
encinta. En Belén tuvo que sufrir con La Virgen la carencia de albergue hasta
tener que tomar refugio en un establo. Allí nació el hijo de la Virgen. El
atendía a los dos como si fuese el verdadero padre. Cual sería su estado de
admiración a la llegada de los pastores, los ángeles y mas tarde los magos de
Oriente. Referente a la Presentación de Jesús en el Templo, San Lucas nos dice:
"Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él"
Después de la visita de los magos de Oriente, Herodes el tirano, lleno de
envidia y obsesionado con su poder, quiso matar al niño. San José escuchó el
mensaje de Dios transmitido por un ángel: «Levántate, toma contigo al niño y a
su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va
a buscar al niño para matarle.» San José obedeció y tomo responsabilidad por la
familia que Dios le había confiado. San José tuvo que vivir unos años con la
Virgen y el Niño en el exilio de Egipto. Esto representaba dificultades muy
grandes: la Sagrada familia, siendo extranjera, no hablaba el idioma, no tenían
el apoyo de familiares o amigos, serían víctimas de prejuicios, dificultades
para encontrar empleo y la consecuente pobreza. San José aceptó todo eso por
amor sin exigir nada. Una vez mas por medio del ángel del Señor, supo de la
muerte de Herodes: "«Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte
en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida
del niño.» El se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra
de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su
padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la
región de Galilea". Fue así que la Sagrada Familia regresó a Nazaret.
Desde
entonces el único evento que conocemos relacionado con San José es la
"pérdida" de Jesús al regreso de la anual peregrinación a Jerusalén.
San José y la Virgen lo buscaban por tres angustiosos días hasta encontrarlo en
el Templo. Dios quiso que este santo varón nos diera ejemplo de humildad en la
vida escondida de su sagrada familia y su taller de carpintería. Lo más
probable es que San José haya muerto antes del comienzo de la vida pública de
Jesús ya que no estaba presente en las bodas de Canaá ni se habla más de él. De
estar vivo, San José hubiese estado sin duda al pie de la Cruz con María. La
entrega que hace Jesús de su Madre a San Juan da también a entender que ya San
José estaba muerto. Según San Epifanius, San José murió en sus 90 años y la
Venerable Bede dice que fue enterrado en el Valle de Josafat. Pero estas
historias son dudosas. La devoción a San José se fundamenta en que este hombre
"justo" fue escogido por Dios para ser el esposo de María Santísima y
hacer las veces de padre de Jesús en la tierra. Durante los primeros siglos de
la Iglesia la veneración se dirigía principalmente a los mártires. Quizás se
veneraba poco a San José para enfatizar la paternidad divina de Jesús. Pero,
así todo, los Padres San Agustín, San Jerónimo y San Juan Crisóstomo, entre
otros, ya nos hablan de San José. Según San Callistus, esta devoción comenzó en
el Oriente donde existe desde el siglo IV, relata también que la gran basílica
construida en Belén por Santa Elena había un hermoso oratorio dedicado a
nuestro santo. San Pedro Crisólogo: "José fue un hombre perfecto, que
posee todo género de virtudes" El nombre de José en hebreo significa
"el que va en aumento. Y así se desarrollaba el carácter de José, crecía
"de virtud en virtud" hasta llegar a una excelsa santidad. En el
Occidente, referencias a San José aparecen en el siglo IX en martirologios
locales y en el 1129 aparece en Bologna la primera iglesia a él dedicada.
Algunos santos del siglo XII comenzaron a popularizar la devoción a San José
entre ellos se destacaron San Bernardo, Santo Tomás de Aquino, Santa Gertrudis
y Santa Brígida de Suecia. Según Benito XIV, "La opinión general de los
conocedores es que los Padres del Carmelo fueron los primeros en importar del
Oriente al Occidente la laudable práctica de ofrecerle pleno culto a San
José". En el siglo XV, merecen particular mención como devotos de San José
los santos Vicente Ferrer, Pedro d`Ailli, Bernardino de Siena y Jehan Gerson.
Finalmente, durante el pontificado de Sixto IV, San José se introdujo en el
calendario Romano en el 19 de Marzo. Desde entonces su devoción ha seguido
creciendo en popularidad.
En 1621
Gregorio XV la elevó a fiesta de obligación. Benedicto XIII introdujo a San
José en la letanía de los santos en 1726. San Bernardino de Siena "...
siendo María la dispensadora de las gracias que Dios concede a los hombres,
¿con cuánta profusión no es de creer que enriqueciese de ella a su esposo San
José, a quién tanto amaba, y del que era respectivamente amada? Y así, José
crecía en virtud y en amor para su esposa y su Hijo, a quién cargaba en brazos
en los principios, luego enseñó su oficio y con quién convivió durante treinta
años.
Los
franciscanos fueron los primeros en tener la fiesta de los desposorios de La
Virgen con San José. Santa Teresa tenía una gran devoción a San José y la
afianzó en la reforma carmelita poniéndolo en 1621 como patrono, y en 1689 se
les permitió celebrar la fiesta de su Patronato en el tercer domingo de Pascua.
Esta fiesta eventualmente se extendió por todo el reino español. La devoción a
San José se arraigo entre los obreros durante el siglo XIX.
El
crecimiento de popularidad movió a Pío IX, el mismo un gran devoto, a extender
a la Iglesia universal la fiesta del Patronato y en diciembre del 1870 lo
declaró Santo Patriarca, patrón de la Iglesia Católica. San Leo XIII y Pío X
fueron también devotos de San José. Este últimos aprobó en 1909 una letanía en
honor a San José. Santa Teresa de Jesús "Tomé por abogado y señor al
glorioso San José." Isabel de la Cruz, monja carmelita, comenta sobre
Santa Teresa: "era particularmente devota de San José y he oído decir se
le apareció muchas veces y andaba a su lado." "No me acuerdo hasta
ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta
las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado
santo...No he conocido persona que de veras le sea devota que no la vea mas
aprovechada en virtud, porque aprovecha en gran manera a las almas que a El se
encomiendan...Solo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no le creyere y
vera por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso patriarca
y tenerle devoción..." -Sta. Teresa. San Alfonso María de Ligorio nos hace
reflexionar: "¿Cuánto no es también de creer aumentase la santidad de José
el trato familiar que tuvo con Jesucristo en el tiempo que vivieron
juntos?" José durante esos treinta años fue el mejor amigo, el compañero
de trabajo con quién Jesús conversaba y oraba.
José
escuchaba las palabras de Vida Eterna de Jesús, observaba su ejemplo de
perfecta humildad, de paciencia, y de obediencia, aceptaba siempre la ayuda
servicial de Jesús en los quehaceres y responsabilidades diarios.
Por todo
esto, no podemos dudar que mientras José vivió en la compañía de Jesús, creció
tanto en méritos y santificación que aventajó a todos los santos.
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