General Pablo
González Garza, nació en Lampazos de Naranjo, Nuevo León; el
5 de mayo de 1879. Murió en Monterrey, Nuevo León, el 4 de marzo de 1950, fue un destacado militar mexicano que participó en la Revolución mexicana. Fue
el autor intelectual del asesinato del caudillo Emiliano Zapata; fue aprehendido y a punto de ser condenado a
muerte tras el fin de la Revolución, partió al exilio del cual volvería tiempo
después, para morir en Monterrey.
Nació en Lampazos de Naranjo, Nuevo León,
el 5 de mayo de1879, siendo el tercero de
los 4 hijos de Pablo González Cantú y Prudenciana Garza Rodríguez, quienes
murieron cuando el pequeño Pablo contaba sólo tres años de edad. Realizó sus
estudios primarios en su pueblo natal, y en enero de 1893 obtuvo una beca para
ingresar al Colegio Militar, pero cuando arribó a la Ciudad de México, se enteró de que su beca
había sido revocada.
Ese mismo año regresó a Lampazos y
luego se trasladó a Nadadores, Coahuila. Entre 1893 y 1897 trabajó en el molino
de Puerto del Carmen, a 10 km. de aquella población rumbo a Cuatro ciénagas,
propiedad del alemán Federico Miller. En 1899 marchó a la ciudad de Chihuahua;
laboró en una fundición y en la Compañía Industrial Mexicana; también prosiguió
el aprendizaje de inglés y matemáticas. En 1901 González se enganchó como peón
para trabajar en el ferrocarril de El Paso a Santa Fe, California,
en los Estados
Unidos, construcción que se inició en 1902.
Viajó a California para emplearse en
los nuevos campos petroleros de la Pearson Oil Company; después de algunos
meses volvió con la empresa del ferrocarril de Santa Fe y ocupó el cargo de
comisario general de la línea de edificación. Tomó clases de geografía,
historia, economía, política y telegrafía.
En Estados Unidos tuvo nexos con
Ricardo Flores Magón a través de su primo hermano, el profesor y periodista Antonio I. Villarreal.
Pablo González contrajo
matrimonio en 1907 con Carlota Miller Riojas, hija de don Federico Miller y de
Dionisia Rojas, en San Antonio, Texas. Tuvieron 6 hijos:
Margarita González Miller, casada con Adolfo Aureliano
Urrutia Fernández, hijo del doctor Aureliano
Urrutia, de filiación huertista.
Pablo González Miller
Carmen González Miller
Carlota González Miller
María Cristina González Miller
María Enriqueta González Miller
En 1907 retornó a México y se afilió
al partido maderista. En el Molino de Puerto del Carmen fabricó harina de trigo
e instaló un cuartel general clandestino del Club Juárez. El 22 de enero de
1911 se levantó en armas con 60 voluntarios oriundos de esa población, de San
Buenaventura y de Sacramento. Combatió contra tropas porfiristas desde enero
hasta mayo de 1911. Capturó las plazas de Cuatro Ciénagas y Monclova, Coahuila.
El 7 de junio licenció sus tropas por disposición de Francisco I. Madero.
Obtuvo el grado de teniente coronel de caballería.
Durante la rebelión de Pascual Orozco,
Pablo González volvió a tomar las armas. Ya con el grado de teniente coronel
combatió, en abril de 1912, a José Inés Salazar en los Divisaderos, Coahuila,
persiguiéndole hasta Puerto de Jara. Con su regimiento Auxiliares de Monclova
combatió también a Marcelo Caraveo.
En noviembre del mismo 1912 coordinó
la campaña contra el indio Mariano en la región del río Nazas, derrotándolo en
Peñón Blanco. Pasó de allí a Chihuahua. Derrotó a Joaquín Porras en Julimes, el
10 de febrero de 1913.
Iniciada la revolución
constitucionalista, González pasó a Coahuila el 26 de febrero, a presentarse
ante Venustiano Carranza con su regimiento. A partir del 7 de marzo emprendió
la campaña al norte de Nuevo León sobre Lampazos, Villaldama y Bustamante, con
el propósito de avanzar sobre Monterrey. Sostuvo un encuentro en Espinazo y el
8 de julio de 1913 tomó la población de Candela. Por estas fechas fue ascendido
a general brigadier.
De Joaquín Mass, movilizándose
nuevamente hacia Lampazos. En octubre ostentaba ya el grado de general de
brigada y tenía a su cargo la División del Noreste. Avanzó sobre Monterrey,
sosteniendo combates en Saltillo y en el Topo, contra las fuerzas de Miguel
Quiroga y Rubio Navarrete.
El 23 y 24 de octubre de 1913 atacó
Monterrey, ciudad que era defendida por los generales Rodolfo Iberri, Fernando Carranza, Ricardo Peña y Miguel Quiroga, quienes obligaron
al general Pablo González Garza a retirase hacia Tamaulipas.
Poco tiempo después sostuvo encuentros en General Terán y Montemorelos y desde su cuartel general, en la
población de Jiménez, se movilizó hacia Victoria, logrando capturar esta plaza.
Posteriormente marchó sobre Tampico
para replegarse hasta Matamoros: su propósito era el de aislar la ciudad de
Monterrey.
Tomó Salinas Victoria el 17 de abril
de 1914 y marchó sobre Monterrey, que a la sazón defendía el general Wigfredo Massieu.
Logró tomar la plaza el 24 de abril, siendo ascendido a general de división. Ya
con este grado, González emprendió la campaña sobre San Luis
Potosí, Hidalgo,
Guanajuato y otros estados.
Desde Querétaro marchó a Toluca, en
donde permaneció hasta la capitulación de la Ciudad de México, que en ese
entonces estaba ocupada por el general Álvaro Obregón. El general Pablo
González se situó en Puebla.
Al rompimiento del villismo y el
carrancismo, no simpatizó con la Convención de Aguascalientes y se estableció en Tampico desde donde
reintentó, aunque sin lograrlo, la captura de Monterrey. Esto ocurrió en
febrero de 1915, siendo rechazado por Felipe
Ángeles.
La batalla del Ébano fue su segundo
triunfo más importante pues logró con el apoyo económico y de armas que le
suministró Carranza controlar amplias zonas de explotación de carbón. Después,
mediante varios pequeños avances en el estado de Tamaulipas logró controlar varios campos
petroleros que le trajeron ganancias para poder financiar las acciones de su
ejército.
Controló las pretensiones de
estadounidenses sobre el petróleo que tenía en su poder y después trató de
tomar la ciudad de Saltillo,
capital del Estado de Coahuila sin éxito, pues fue totalmente
derrotado por las fuerzas huertistas. Meses después, la División del Norte tomó dicha ciudad y pudo avanzar a Zacatecas.
El general González Garza, llamado por
Carranza, tuvo como misión la recuperación de la Ciudad de México, que había sido atacada por
los villistas después de la derrota en Celaya.
González logró tomar la capital el 2 de agosto de 1915. Poco después fue
comisionado por Carranza para pacificar el estado de Morelos,
donde se había rebelado Emiliano
Zapata.
Los zapatistas peleaban contra treinta
mil soldados constitucionalistas al mando de general González Garza quién, con
sus subordinados, saqueaba y ensangrentaba el estado de Morelos, donde
estableció que “O los pueblos cooperaban con los comandantes constitucionalistas
o sufrirían penas sumarias sin apelación de ninguna especie” El 15 de
septiembre ordenó que las familias rurales del estado fueran concentradas en
las ciudades principales para ser deportadas. El 30 de septiembre, el coronel Jesús
Guajardo, bajo sus órdenes, fusiló a 180 habitantes de Tlaltizapán por no pagar un impuesto y por zapatistas.
Ya en mayo, al tomar las fuerzas de González esa misma población, habían
ejecutado a 268 personas, hombres, mujeres y niños.
Posteriormente en 1916, mientras en la
Capital se convocaba al Congreso Constituyente, los zapatistas volaban el
ferrocarril de Cuernavaca y González ordenaba el fusilamiento sumario de quien
ayudara al zapatismo o cualquier otra fracción opuesta al constitucionalismo.
En noviembre, ya con el Constituyente en plena tarea, viendo que no podía
controlar el estado de Morelos, González anuncio un plan dizque para
intensificar operaciones; en realidad para retirarse. A mediados de enero de
1917, los zapatistas habían recuperado el estado.
En las elecciones del 11 de marzo de
1917, Carranza fue elegido presidente, contra los generales Álvaro Obregón y
Pablo González. Dijo Emilio Portes
Gil que éstos
participaron como candidatos contra su voluntad.
En 1919, el gonzalista Jesús
Guajardo hizo creer a
Zapata que estaba descontento con Carranza y se uniría a él. Zapata pidió
pruebas y Guajardo, con consentimiento de Carranza y Pablo González, hizo
fusilar a aproximadamente 50 soldados federales y ofreció a Zapata armamento y
municiones. El 10 de abril de ese año asesinó a Zapata en la Hacienda de Chinameca,
Morelos.
El general Pablo González Garza fue
candidato a la presidencia de la República en 1919, rebelándose contra Venustiano Carranza quien ya estaba aislado en lo militar,
lo político y lo social. Cuando el ejército vio que no pasaría pacíficamente el
poder a Obregón, más que levantarse en armas se declaró en huelga. Por último,
incluso Pablo González, el de todas sus confianzas, el ejecutor de Zapata, se
levantó contra él, aunque sin reconocer el Plan de Agua Prieta. Al intentar un
levantamiento en Monterrey en 1920, fue aprehendido y sometido a Consejo de
Guerra en esta ciudad. Fue condenado a muerte, pero la ejecución fue suspendida
y el general González Garza salió del país rumbo a los Estados
Unidos.
En el tiempo en que Pablo González
residía en Estados Unidos, apareció un artículo que se publicó en la primera
plana del Periódico EL PUEBLO, fechada el 19 de enero de 1916, informando el
MANIFIESTO A LOS OBREROS que expidió el Gral. Pablo González Garza. En dicho
documento, González Garza muestra su posición y su ideología revolucionaria,
contrastando con las ideas de Villa y Zapata que mediante el Plan de Ayala demandaban la repartición de tierras.
Esta era prueba fehaciente de la
honradez y moralidad del Gral. Pablo González Garza cuando, durante el "Crac"
comercial mundial del año de 1929, el banco de su propiedad, el
"Mexican American Banking Company" de Laredo, Texas, pudiendo
González Garza haberse amparado con la ley vigente sobre instituciones
bancarias, legalmente podía haberle pagado declarándose en quiebra a sus cuenta
habientes solamente el 15% de sus depósitos y no el 100%, como lo hizo al
liquidar su negocio.
Tal como lo decía el periódico
"La Prensa de San Antonio", el Gral. Pablo González Garza
sacrificó, no solamente, "algunas de sus propiedades", si no que en
realidad sacrificó todas sus propiedades, quedándose casi en la inopia.
Regresó a México en 1940, retirado del
servicio activo y casi en la miseria por la quiebra de su banco, muriendo el 4 de marzo de 1950 en la ciudad de Monterrey.
Sus restos están depositados en la Explanada de los Héroes, en la Macro plaza de la ciudad de Monterrey, junto a los
de los generales Antonio I. Villarreal y Juan Zuazua,
al pie de la estatua de don Miguel Hidalgo y Costilla.
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