General Benjamín
Argumedo fue un militar mexicano. Participó en el bando antirreeleccionista al inicio de la
Revolución mexicana, pero
en 1912 pasó
a la oposición contra Madero y apoyó el golpe de Estado de Victoriano Huerta. También llamado el "León de la
Laguna". Es considerado el más tenaz adversario de Francisco Villa en
los sangrientos combates que se llevaron a cabo por tierras de Durango y Coahuila, pues de él se decía que nunca tenía miedo.
Nació en
Congregación Hidalgo, en Matamoros, Coahuila Algunas fuentes afirman que nació
alrededor de 1876 en
el Gatuño hoy Congregación Hidalgo; entre otras; que en Matamoros, Coahuila y una más que en San Juan de Guadalupe, Durango. Como quiera que sea, fue originario de la región conocida
como Comarca Lagunera. Sastre y talabartero, como muchos en esa región, no
poseía tierras. No se sabe con certeza si Benjamín Argumedo participó en
actividades prerrevolucionarias.
Sin embargo, el pueblo de Matamoros siempre simpatizó con los ideales de Francisco I. Madero y
editaba "La Lucha", un periódico de filiación maderista. Además, uno
de los lugares en que se desató mayor violencia, después de la crisis de 1907 fue
en la Hacienda de Santa Teresa, donde Argumedo trabajaba como talabartero.
Probablemente Argumedo participó en estos desórdenes, ya que poco después se
uniría a la lucha de 1910, a las órdenes de Sixto Ugalde, y más tarde, de Enrique Adame Macías, con quién tomó Matamoros el 9 de febrero de 1911. También se dice que Argumedo estuvo a la cabeza de las
guerrillas de Gilita y Matamoros.
En abril y mayo, junto con Adame
Macías, Argumedo dirigió el ataque a Parras, donde la mayor parte de la
población se les unió, por lo que tuvieron que reorganizar sus tropas, las que
dividieron en dos grupos: Argumedo al mando de 300 hombres y fue ascendido a
Teniente Coronel. Tomó Viesca, y
después, bajo el mando de Emilio Madero,
colaboró en la captura de Torreón.
De hecho, cuando las tropas estaban listas para atacar, Argumedo inició el
asedio de manera inesperada, dando la victoria a las fuerzas maderistas y
demostrando su gran capacidad militar. Bajo la falsa excusa de que un chino
tratando de defender su vida hizo un disparo contra los agresores, Benjamín
Argumedo dio la orden de “maten a todos los chinos” 15 de mayo de 1911; 303
ciudadanos chinos fueron masacrados.
Esta es la secuencia de los hechos, de
acuerdo con Marco Antonio Pérez Jiménez: el 9 de mayo Torreón amaneció rodeado
por tropas maderistas: Benjamín Argumedo, Orestes Pereyra, Sixto Ugalde,
Epitacio Rea, Gregorio García, todos bajo el mando militar de José Agustín
Castro y la responsabilidad política de Emilio Madero; una fuerza atacante de
entre 5 mil y 10 mil hombres, frente a los 700 soldados de la guarnición
porfirista, comandada por Emilio Lojero. El asalto comenzó el 13 por la mañana
y por la tarde los rebeldes ya controlaban las huertas de la periferia. Otros
se apostaron en edificios céntricos, como el Casino, desde donde procuraron
atrapar entre dos fuegos a las fuerzas federales. Por la noche, los maderistas,
ya en poder de algunas plantaciones, comenzaron a asesinar a los trabajadores
chinos que se encontraban en ellas. La madrugada del 15, Lojero y lo que
quedaba de sus hombres abandonaron la ciudad en completo sigilo por el cañón
del Huarache. Antes de meterle fuego al palacio municipal, algunos rebeldes
hallaron unas botellas de coñac adulterado, confiscado meses antes por las
autoridades, las bebieron, murieron envenenados y corrió el rumor de que se
trataba de una trampa de los chinos.
La masacre empezó en el restaurante de
Park Jan Jong, donde fueron asesinados todos los presentes. De allí, las turbas
revolucionarias van a la tienda de comestibles de Hoo Nam, en donde matan a los
empleados. Luego pasan al negocio de pieles de Mar Young; el propietario, un
sobrino suyo y sus trabajadores, son sacados a la calle y asesinados. Luego
destruyen las tiendas de King Chow, quien logra escapar con sus dependientes.
De allí, los atacantes se dirigen al negocio de Yee Hop, donde descuartizan con
hachas y cuchillos a 13 personas. Al llegar al centro, asaltan el edificio
donde operaban la Compañía Shangai y el Banco Chino, saquean ambos locales y
destazan a los más de 20 empleados de esas empresas. En el Club Reformista
Chino dan muerte a unos 16 individuos. Hacia las dos de la tarde, en las
huertas de las afueras, los jornaleros asiáticos sobrevivientes son quemados
vivos, y las calles del centro están espolvoreadas de cadáveres. Desde el
tercer piso del Banco Chino cabezas y cuerpos completos son lanzados hacia la
calle. Hasta la noche, la soldadesca victoriosa se solaza acuchillando,
desnudando y destazando a los muertos y juega con brazos y piernas atados a las
cabalgaduras. Emilio Madero llegó a la ciudad esa noche y ordenó detener la
carnicería y capturar a los responsables. La primera directiva se cumplió a
regañadientes y la segunda fue ignorada.
En cambio, en los días posteriores los
sobrevivientes fueron encarcelados, golpeados y despojados de sus pertenencias
por los vencedores. La investigación del gobierno chino estableció en 303 el
número de asesinados: 62 comerciantes, 110 jornaleros, 65 empleados, 56
viajeros y 10 desconocidos. Hay que recordar tres nombres: el de José Cadena,
quien protegió a varios trabajadores de la Lavandería Oriental, el del
revolucionario Leónides González, quien trató de salvar, sin éxito, la vida de
cuatro chinos, y el de Cristino Hernández, quien llevó agua, pan y cigarros a
los sobrevivientes de la masacre hasta la maderería en la que fueron recluidos.
En las investigaciones ulteriores se estableció que “con anterioridad a la
matanza, la colonia china en Torreón había sido una comunidad pacífica y
aprovechada, que se atenía a la ley y que había contribuido al desarrollo
material de la ciudad”. Pese a que los cabecillas revolucionarios se dijeron
atacados por los asiáticos, según los testimonios recogidos por la Cruz Roja no
se supo “de ningún caso en el que un soldado o civil local haya sido herido por
algún chino”.
Al triunfo del maderismo nuevos conflictos surgieron en la región: Benjamín
Argumedo fue uno de los primeros en declararse en contra del nuevo gobierno.
Perteneció al 20o. Cuerpo Rural, a las órdenes de Sixto Ugalde y estaba insatisfecho por que sus
méritos no fueron lo suficientemente importantes para darle el mando de su
propio cuerpo rural. A principios de 1912 varios grupos de trabajadores
agrícolas se revelaron bajo las órdenes de Argumedo, Pablo Lavín y José de Jesús Campos. No
tenían un objetivo claro, pero sus filas se incrementaron por el creciente
desempleo en la región. A mediados de febrero, Argumedo asedió San Pedro de las
Colonias con 600 hombres. Fueron repelidos y se dirigieron al sur para tomar
Matamoros Laguna; más tarde se dirigió al sur de Torreón,
al mando ya de 1000 hombres. Sus primeras acciones como orozquista fueron la
toma de Mapimí,
el 15 de marzo, y el ataque infructuoso a Pedriceña, junto con Emilio P. Campa. Un mes
después, Argumedo tomó finalmente Pedriceña, Durango, con 3000 hombres; después
amenazó Torreón. A finales de Mayo, Pascual
Orozco fue derrotado
por el General Victoriano
Huerta y Argumedo fue
derrotado a mediados de junio por el General Aureliano Blanquet.
Ya con pocos hombres,
Argumedo empezó a operar en la frontera de Zacatecas y Durango;
más tarde se le reunieron otros Jefes rebeldes, formando así una columna
considerable. A fines de Julio se dirigieron al suroeste de Chihuahua,
y después regresó a Durango con un contingente mucho menor, fue entonces cuando
empezó a depredar haciendas y asesinar autoridades locales maderistas. Así se
mantuvo hasta la caída de Francisco I. Madero.
Cuando Victoriano Huerta tomó
el poder su situación cambio de bandido a hombre de orden. En los primeros días
de febrero de 1913 Argumedo
se encontraba merodeando en Zacatecas y San Luis Potosí; donde fue derrotado en la Hacienda de Santo
Domingo el 10 de febrero. Esta fue su última batalla como rebelde, puesto que
reconoció al gobierno Huertista en marzo; fue nombrado General Brigadier del
Ejército Federal.
La tarea de Argumedo no fue fácil: tuvo que enfrentar a los
constitucionalistas, que en la región estaban al mando de Francisco Villa y de Tomás Urbina. Primero fue enviado a San Luis Potosí, pues temían que sus tropas se pasaran al
constitucionalismo, pero pronto fue llamado a operara en el área de Torreón;
Argumedo demostró autoridad; el mejor ejemplo fue su defensa de Torreón, el 13
de julio de 1913, donde con un grupo pequeño de hombres derrotó a casi todos
los jefes rebeldes de La Laguna. Sin embargo, a principios de 1914, los constitucionalistas, al mando de Francisco Villa recobraron
la Ciudad de Torreón; derrotando a los federales de Argumedo y de José Refugio Velasco.
Estos tuvieron que replegarse al sur. Más tarde Francisco Villa volvió
a derrotar a Argumedo y al Ejército Federal en la famosa Batalla de Zacatecas, a fines de julio de 1914. Con la victoria de los constitucionalistas sobre el régimen
de Victoriano Huerta, Argumedo inició otra fase de su lucha
revolucionaria.
Se negó a
aceptar los Tratados de Teoloyucan y se levantó contra el gobierno de Venustiano Carranza,
convirtiéndose otra vez en rebelde. Empezó a operar en la frontera de Puebla y Morelos, en ocasiones al lado de Juan Andrew Almazán e Higinio Aguilar, en otras, al lado de Emiliano Zapata. Pronto fue derrotado en Puebla, donde fue
herido, después lo enviaron a defender Tezontepec y
siguió participando en otras actividades militares, donde fue constantemente
derrotado. A mediados de abril, se le encomendó obstruir las líneas de
abastecimiento de Álvaro Obregón para
su campaña en el Bajío, en lo que tampoco tuvo éxito, en junio amagó Pachuca. Sin embargo, hay información, de que por los mismos días se
encontraba con 3000 hombres defendiendo la Ciudad de México.
Debido a las fricciones que tuvo con Higinio Aguilar y
con las tropas zapatistas, Argumedo se vio forzado a abandonar el centro del
país. Para ello, convenció al Presidente convencionista Francisco Lagos Cházaro de cambiar la sede del gobierno de Toluca a Durango, sin embargo, a la mitad del camino, Lagos Cházaro cambió de
rumbo hacia Tamaulipas, y Argumedo, sin ningún gobierno que defender, se
dirigió a Durango, a donde llegó a principios de diciembre de 1915.
A finales de enero de 1916 las
fuerzas de Domingo Arrieta y
de Fortunato Maycotte derrotaron
a Argumedo, quién resultó gravemente herido. Argumedo se ocultó en la Sierra de
los Reyes, pero el General Francisco Murguía lo
aprehendió el 4 de febrero en el Rancho El Paraíso. Lo enviaron a Durango, donde un consejo de guerra extraordinario lo condenó a pena
de muerte.
Fue fusilado el primero de marzo de 1916.
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