SAN ANDRÉS DUNG-LAC 1795-1839 nació en Bac Ninh, en el actual
Vietnam, que en aquella época se conocía como Cochinchina.
El día de hoy conmemoramos a San Andrés Dung-Lac junto con
los otros 116 mártires vietnamitas de los siglos XVIII y XIX.
San Andrés Dung-Lac nació con el nombre civil de Dung An
Trân, en el seno de una familia no cristiana. Eran tan pobres que para poder subsistir
al mudarse a Hanoi, lo vendieron.
Después de algunos periplos, tuvo la bendición de caer en las
manos de un misionero católico de Vinh Tri, donde San Andrés fue bautizado e
instruido.
Con el tiempo llegó a catequista, y prosiguió sus estudios de
teología; finalmente fue ordenado sacerdote en 1823. San Andrés Dung-Lac fue
adscrito entonces a la parroquia de Ke-Dâm.
Luego de varios años de tolerancia, en 1835 se desató en
Vietnam una cruel persecución anticristiana ordenada por el rey Minh-Mang. San
Andrés fue capturado y sentenciado a prisión, aunque pudo salir gracias a que
sus compañeros de la comunidad consiguieron pagar la fianza.
Para guardar mayor sigilo, San Andrés Dung-Lac adoptó
entonces un nombre diferente, pero no cejó en su misión apostólica, a pesar de
la prohibición.
Cuatro años después fue denunciado con el alcalde de Ke-Song
y volvió a ser arrestado, junto con San Pedro Truong Van Thi. La comunidad
consiguió las 200 piezas de plata que las autoridades exigían para dejarlos
libres, y pudieron salir de la cárcel.
Sin embargo, al poco tiempo, por reincidir en la fe, volvió a
ser hecho prisionero, pero esta vez lo llevaron a Hanoi, la ciudad principal.
Al rehusarse a renegar de su religión, San Andrés Dung-Lac
fue sometido a torturas y condenado a morir por decapitación.
Incluido entre los 117 mártires vietnamitas, San Andrés
Dung-Lac fue canonizado en 1988 por el papa Juan Pablo II.
SAN ANDRÉS DUNG-LAC y los mártires vietnamitas nos muestran
las dificultades para el arraigo de la fe cristiana en culturas remotas.
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