sábado, 29 de noviembre de 2014

SAN GREGORIO TAUMATURGO



Se llama "taumaturgo" al que hace muchos milagros. A este santo le pusieron ese nombre porque según decía la gente, desde tiempos de Moisés, no se había visto a un simple hombre conseguir tantos milagros como los que obtuvo él.

Nació Gregorio cerca del Mar Negro, de una familia pagana. Sus padres que eran de familia noble lo encauzaron hacia los estudios de las leyes.

Cuando era joven tuvo que viajar a Cesárea, en Palestina, a acompañar a una hermana, y allá conoció al sabio más grande de su tiempo que era Orígenes, el cual había puesto una escuela de teología en esa ciudad. Desde el primer encuentro el sabio Orígenes se dio cuenta de que Gregorio poseía unas cualidades excepcionales para el estudio y lo recibió en su famosa escuela.

Lo dedicó enseguida a que leyera todo lo que los antiguos autores habían escrito acerca de Dios y el joven se fue dando cuenta de que lo verdaderamente admirable y cierto acerca de Dios es lo que dice la S. Biblia, y se convirtió al cristianismo y se hizo bautizar.

Fascinado por la personalidad de Orígenes, el joven Gregorio renunció a su antiguo plan de dedicarse a la abogacía y se consagró totalmente a los estudios religiosos. Más tarde dirá: "Cuando estábamos estudiando nuestro maestro Orígenes era para nosotros como un ángel de la guarda. Siempre cuidaba de nuestra alma con un interés increíble. Parecía que cuando íbamos a sus clases el ángel guardián no tenía nada que hacer porque el maestro Orígenes lo reemplazaba cuidando amorosamente el alma de cada uno de nosotros. Nos guiaba por el camino de la virtud no sólo con sus luminosas palabras sino con los admirables ejemplos de su buen comportamiento"¡Quisiera Dios que los alumnos de hoy pudieran decir lo mismo de sus maestros!

El año 238 cuando ya Gregorio terminó sus estudios hizo un hermoso discurso de despedida a su gran profesor, alabando los métodos que Orígenes tenía para educar. En este discurso, que aún se conserva, se señalan ciertos datos de importancia para conocer como aquel sabio se preocupaba no sólo de que sus alumnos fueran muy instruidos sino también de que fueran sumamente virtuosos.

Al llegar a su patria, a su ciudad Neo cesárea del Ponto, fue nombrado obispo, y empezó entonces una cadena incontable de milagros. San Gregorio de Nisa al hacer el discurso fúnebre de nuestro santo, narra unos cuantos como por ej. El poder tan extraordinario que tenía de expulsar los malos espíritus. En cierta ocasión dos familias se peleaban a muerte por un nacedero de agua. Viendo que la pelea no acababa nunca, el santo le envió una bendición al nacedero y este se secó y ya no hubo más peleas. La casa del obispo Gregorio estaba siempre llena de gente aguardando en su puerta para que les diera la bendición. Él los instruía en la religión y luego les obtenía de Dios su curación. Y así con su predicación y sus milagros lograron aumentar enormemente el número de cristianos en aquella ciudad.

San Gregorio Taumaturgo necesitaba construir un nuevo templo porque el número de creyentes había aumentado mucho, pero no tenía como terreno sino un cerro abrupto. Y un día dijo: "Vamos a ver si es cierto lo que Jesús dijo: "si tenéis fe, podréis decir a un monte: ¡quítate de ahí! – y este obedecerá". Y se puso a rezar con mucha fe, y sobrevino un terremoto y el cerro se derrumbó quedando allí una buena explanada para construir el templo.

San Gregorio de Nisa y San Basilio comentaban cómo su abuela Santa Macrina, que había conocido a este santo les narraba que la vida de Gregorio era como un retrato de lo que el evangelio dice que debe ser la vida de un buen amigo de Dios; que nadie veía en él jamás un estallido de cólera; que siempre sus respuestas eran sencillas: "si, si" o "no, no", como lo manda el evangelio. Que su piedad era tan admirable que al rezar parecía estar viendo al invisible".

Al estallar la persecución de Decio en 250, San Gregorio aconsejó a los cristianos que se escondieran para que no tuvieran peligro de renegar de su fe cristiana por temor a los tormentos. Y él mismo ser retiró a un bosque, acompañado de un antiguo sacerdote pagano, al cual él había convertido al cristianismo.

Y sucedió que un infante fue y avisó a la policía dónde estaban escondidos los dos. Y llegó un numeroso grupo de policías y por más que requisaron todo el bosque no lo lograron encontrar. Cuando la policía se fue, llegó el informante y al verlos allí y darse cuenta de que por milagro no los habían logrado ver los policías, se convirtió el también al cristianismo.

San Gregorio se propuso hacer que la religión fuera muy agradable para la gente y así en las vísperas de las grandes fiestas organizaba resonantes festivales populares donde todo el mundo estaba contento y alegre sin ofender a Dios. Esto le atrajo la simpatía de la ciudad.

Se ha hecho célebre en la historia de la Iglesia la frase que dijo este gran santo poco antes de morir. Preguntó: "¿Cuántos infieles quedan aún en la ciudad sin convertirse al cristianismo?" Le respondieron: "Quedan diecisiete", y él exclamó gozoso: "Gracias Señor: ese era el número de cristianos que había en esta ciudad cuando yo llegué a misionar aquí. En ese tiempo no había sino17 cristianos, y ahora no hay sino 17 paganos".

Poco antes de morir pidió que lo enterraran en el cementerio de los pobres porque él quería estar también junto a ellos hasta después de muerto.

Las gentes lo invocaban después cuando había inundaciones y terremotos, y es que él con sus oraciones logró detener terribles inundaciones que amenazaban acabar con todo.

En verdad que en la vida de San Gregorio Taumaturgo sí que se cumplió aquello que decía Jesús: "Según sea tu fe, así serán las cosas que te sucederán". Quiera Dios bendito y adorado darnos también a cada uno de nosotros una gran fe que mueva montañas de dificultades. 

viernes, 28 de noviembre de 2014

MATÍAS ROMERO



Matías Romero Avendaño nació en Oaxaca de Juárez, México, en 1837. Murió en  Nueva York, EE. UU., en 1898, fue un diplomático mexicano.

Estudió en el seminario de su ciudad natal y en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, donde cursó la carrera de abogado habiéndose recibido en la Ciudad de México en 1857.

Al estallar la guerra de Tres Años, acompañó al presidente Benito Juárez como empleado del Ministerio de Relaciones Exteriores; fue secretario de Melchor Ocampo en Veracruz y asistió con él a las negociaciones del tratado con Robert McLane.

En 1855, a los 18 años, ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores como meritorio. Llegó a Washington por primera vez en 1859; inicialmente como colaborador después desempeñó el importante cargo de encargado de negocios. En 1862 se le nombró Secretario y Consultor Jurídico de la legación enEstados Unidos.

En julio de 1863 renunció y regresó a México, tomó las armas y alcanzó el grado de coronel, al mando del General Porfirio Díaz.

Comprendiéndose que mejor servía a la patria como diplomático en septiembre de 1863 presentó sus cartas credenciales a Abraham Lincoln como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de México. Desde ese puesto contribuyó al triunfo de la causa liberal escribiendo cartas, publicando artículos, ensayos y editoriales, distribuyendo informes, folletos, panfletos y estadísticas sobre México, para que la opinión pública norteamericana pudiera comprender la causa juarista y la importancia de que ese país la respaldara.

Regresó en octubre de 1867 y en enero del año siguiente se hizo cargo del Ministerio de Hacienda, aunque por poco tiempo, pues en mayo volvió a Estados Unidos, para concluir, entre otros asuntos pendientes, el arreglo de las reclamaciones mutuas.

En 1868 desempeñó nuevamente la cartera de Hacienda, hasta mayo de 1872 en que se retiró a Chiapas a dedicarse a labores agrícolas. En 1875 fue electo Senador suplente por ese estado y en 1876 diputado federal por Oaxaca. Mantuvo una actitud legalista ante la rebelión de Tuxtepec, y sólo dio su apoyo al Gral. Díaz cuando éste triunfó en elecciones libres; mientras tanto viajó por el país y tomó notas para escribir artículos y libros donde predomina su interés por los problemas económicos.

Fue Secretario de Hacienda por tercera vez, del 24 de mayo de 1877 al 4 de abril de 1879, en que renunció por motivo de salud. Por cuarta vez fue Secretario de Hacienda del 1° de enero de 1892 al 7 de mayo de 1893. En este último periodo tuvo a José Yves Limantour como Oficial Mayor.

Durante su gestión hacendaria se realizó una importante reforma económica y se comenzó a ejercer un control y una supervisión del gasto público más estrictos.

Viajero incansable recorrió Oaxaca y Veracruz, observó los cultivos de café y escribió una Monografía sobre este tema. Promovió una empresa Ferrocarrilera en el Istmo de Tehuantepec, de la cual fue socio el Gral.Ulysses Grant, pero se separó de este negocio para volver como representante de México a Washington.

Fue representante diplomático en Estados Unidos como ministro plenipotenciario de 1893 a 1898. Durante su último año en Washington (1898) la Legación mexicana fue elevada al rango de embajada y él fue nombrado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de México en aquel país.

Falleció en Nueva York en 1898.

En total Matías Romero residió en Washington alrededor de 20 años representando los intereses del país durante los gobiernos de tres presidentes: Benito Juárez, Manuel González y Porfirio Díaz.

SANTA CATALINA LABOURÉ



Esta fue la santa que tuvo el honor de que la Sma. Virgen se le apareciera para recomendarle que hiciera la Medalla Milagrosa. 

Nació en Francia, de una familia campesina, en 1806. Al quedar huérfana de madre a los 8 años le encomendó a la Sma. Virgen que le sirviera de madre, y la Madre de Dios le aceptó su petición.

Como su hermana mayor se fue de monja vicentina, Catalina tuvo que quedarse al frente de los trabajos de la cocina y del lavadero en la casa de su padre, y por esto no pudo aprender a leer ni a escribir.

A los 14 años pidió a su papá que le permitiera irse de religiosa a un convento pero él, que la necesitaba para atender los muchos oficios de la casa, no se lo permitió. Ella le pedía a Nuestro Señor que le concediera lo que tanto deseaba: ser religiosa. Y una noche vio en sueños a un anciano sacerdote que le decía: "Un día me ayudarás a cuidar a los enfermos". La imagen de ese sacerdote se le quedó grabada para siempre en la memoria.

Al fin, a los 24 años, logró que su padre la dejara ir a visitar a la hermana religiosa, y al llegar a la sala del convento vio allí el retrato de San Vicente de Paúl y se dió cuenta de que ese era el sacerdote que había visto en sueños y que la había invitado a ayudarle a cuidar enfermos. Desde ese día se propuso ser hermana vicentina, y tanto insistió que al fin fue aceptada en la comunidad.

Siendo Catalina una joven monjita, tuvo unas apariciones que la han hecho célebre en toda la Iglesia. En la primera, una noche estando en el dormitorio sintió que un hermoso niño la invitaba a ir a la capilla. Lo siguió hasta allá y él la llevó ante la imagen de la Virgen Santísima. Nuestra Señora le comunicó esa noche varias cosas futuras que iban a suceder en la Iglesia Católica y le recomendó que el mes de Mayo fuera celebrado con mayor fervor en honor de la Madre de Dios. Catalina creyó siempre que el niño que la había guiado era su ángel de la guarda.

Pero la aparición más famosa fue la del 27 de noviembre de 1830. Estando por la noche en la capilla, de pronto vio que la Sma. Virgen se le aparecía totalmente resplandeciente, derramando de sus manos hermosos rayos de luz hacia la tierra. Y le encomendó que hiciera una imagen de Nuestra Señora así como se le había aparecido y que mandara hacer una medalla que tuviera por un lado las iniciales de la Virgen MA, y una cruz, con esta frase "Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Y le prometió ayudas muy especiales para quienes lleven esta medalla y recen esa oración.

Catalina le contó a su confesor esta aparición, pero él no le creyó. Sin embargo el sacerdote empezó a darse cuenta de que esta monjita era sumamente santa, y se fue donde el Sr. Arzobispo a consultarle el caso. El Sr. Arzobispo le dio permiso para que hicieran las medallas, y entonces empezaron los milagros.

Las gentes empezaron a darse cuenta de que los que llevaban la medalla con devoción y rezaban la oración "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti", conseguían favores formidables, y todo el mundo comenzó a pedir la medalla y a llevarla. Hasta el emperador de Francia la llevaba y sus altos empleados también.

En París había un masón muy alejado de la religión. La hija de este hombre obtuvo que él aceptara colocarse al cuello la Medalla de la Virgen Milagrosa, y al poco tiempo el masón pidió que lo visitara un sacerdote, renunció a sus errores masónicos y terminó sus días como creyente católico.

Catalina le preguntó a la Sma. Virgen por qué de los rayos luminosos que salen de sus manos, algunos quedan como cortados y no caen en la tierra. Ella le respondió: "Esos rayos que no caen a la tierra representan los muchos favores y gracias que yo quisiera conceder a las personas, pero se quedan sin ser concedidos porque las gentes no los piden". Y añadió: "Muchas gracias y ayudas celestiales no se obtienen porque no se piden".

Después de las apariciones de la Sma. Virgen, la joven Catalina vivió el resto de sus años como una cenicienta escondida y desconocida de todos. Muchísimas personas fueron informadas de las apariciones y mensajes que la Virgen Milagrosa hizo en 1830. Ya en 1836 se habían repartido más de 130,000 medallas. El Padre Aladel, confesor de la santa, publicó un librito narrando lo que la Virgen Santísima había venido a decir y prometer, pero sin revelar el nombre de la monjita que había recibido estos mensajes, porque ella le había hecho prometer que no diría a quién se le había aparecido. Y así mientras esta devoción se propagaba por todas partes, Catalina seguía en el convento barriendo, lavando, cuidando las gallinas y haciendo de enfermera, como la más humilde e ignorada de todas las hermanitas, y recibiendo frecuentemente maltratos y humillaciones.

En 1842 sucedió un caso que hizo mucho más popular la Medalla Milagrosa y sucedió de la siguiente manera: el rico judío Ratisbona, fue hospedado muy amablemente por una familia católica en Roma, la cual como único pago de sus muchas atenciones, le pidió que llevara por un tiempo al cuello la medalla de la Virgen Milagrosa. Él aceptó esto como un detalle de cariño hacia sus amigos, y se fue a visitar como turista el templo, y allí de pronto frente a un altar de Nuestra Señora vio que se le aparecía la Virgen Santísima y le sonreía. Con esto le bastó para convertirse al catolicismo y dedicar todo el resto de su vida a propagar la religión católica y la devoción a la Madre de Dios. Esta admirable conversión fue conocida y admirada en todo el mundo y contribuyó a que miles y miles de personas empezaran a llevar también la Medalla de Nuestra Señora lo que consigue favores de Dios no es la medalla, que es un metal muerto, sino nuestra fe y la demostración de cariño que le hacemos a la Virgen Santa, llevando su sagrada imagen.

Desde 1830, fecha de las apariciones, hasta 1876, fecha de su muerte, Catalina estuvo en el convento sin que nadie se le ocurriera que ella era a la que se le había aparecido la Virgen María para recomendarle la Medalla Milagrosa. En los últimos años obtuvo que se pusiera una imagen de la Virgen Milagrosa en el sitio donde se le había aparecido (y al verla, aunque es una imagen hermosa, ella exclamó: "Oh, la Virgencita es muchísimo más hermosa que esta imagen".

Al fin, ocho meses antes de su muerte, fallecido ya su antiguo confesor, Catalina le contó a su nueva superiora todas las apariciones con todo detalle y se supo quién era la afortunada que había visto y oído a la Virgen. Por eso cuando ella murió, todo el pueblo se volcó a sus funerales quien se humilla será enaltecido.

Poco tiempo después de la muerte de Catalina, fue llevado un niño de 11 años, inválido de nacimiento, y al acercarlo al sepulcro de la santa, quedó instantáneamente curado.

En 1947 el santo Padre Pío XII declaró santa a Catalina Labouré, y con esa declaración quedó también confirmado que lo que ella contó acerca de las apariciones de la Virgen sí era Verdad.

jueves, 27 de noviembre de 2014

SEBASTIÁN LERDO DE TEJADA



Sebastián Lerdo de Tejada y Corral nació en Xalapa, Veracruz, México; en 1823, murió en  Nueva York, Estados Unidos, en 1889, fue un político mexicano, presidente de México entre 1872 y 1876. Fue el primer presidente de México nacido como ciudadano mexicano ya que todos sus predecesores nacieron como súbditos del Virreinato de la Nueva España.

Nació en Xalapa, Veracruz; hijo de Juan Antonio Lerdo de Tejada y Concepción Corral y Bustillos; su hermano era Miguel Lerdo de Tejada, político liberal, descendientes ambos del muy antiguo e ilustre Solar de Tejada. Trabajó en la tienda de su padre en Xalapa. Estudió gramática y obtuvo una beca para estudiar en el Colegio Palafoxiano de Puebla. Estuvo a punto de recibirse de sacerdote, pero lo abandonó para luego ir al Colegio de San Ildefonso a estudiar jurisprudencia. A partir de1863 acompañó a Benito Juárez durante su peregrinaje por el norte de México durante la intervención francesa 1863-1867.

Fue fiscal de la Suprema Corte de Justicia y ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Ignacio Comonfort. Se desempeñó como rector del Colegio de San Ildefonso, pero más tarde ingresó como diputado al Congreso de la Unión. Fue un hombre liberal y nacionalista. En 1863 fue ministro de Justicia y después de Relaciones Exteriores de 1863 a 1868 y de 1868 a 1870 durante el gobierno de Benito Juárez.

En 1871, una vez restaurada la República, Lerdo y el general Porfirio Díaz, se presentaron como candidatos a la presidencia de la República en contra del presidente Juárez en las Elecciones federales de México de 1871. Éste fue reelecto, y Lerdo se incorporó al gobierno como presidente de la Suprema Corte y Díaz se levantó en armas con el Plan de La Noria. No tuvo mayor eco esta rebelión. El 18 julio de 1872 murió Benito Juárez, José María Lafragua anunció su muerte, y Lerdo que ocupaba el cargo de presidente de la Suprema Corte, asumió la presidencia en forma interina.

En octubre, fueron convocadas las elecciones para presidente de la República mexicana. Se presentaron como candidatos Porfirio Díaz y Lerdo de Tejada. En las Elecciones extraordinarias de México de 1872, este último derroto a Díaz. Por otra parte, José María Iglesias ganó la contienda a Vicente Riva Palacio y obtuvo el puesto de presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.2 El 1 de diciembre de 1872, Lerdo de Tejada asumió la presidencia de forma oficial para el período de 1872 a 1876.

En su mandato avanzó en la pacificación del país, desangrado por constantes guerras y levantamientos desde la consumación de la Independencia en 1821. Enfrentó a Manuel Lozada "el Tigre de Alica" quien se había levantado en armas en Tepic exigiendo una reforma agraria en beneficio de los campesinos, derrotándolo en marzo de 1873. El 23 de septiembre de 1873, elevó a rango constitucional las Leyes de Reforma, en consecuencia se expulsó a los jesuitas y a las hermanas de la Caridad. Por otra parte, reintegró la cámara de senadores, para ser contrapeso de la cámara de diputados, se inauguró el ferrocarril de México a Veracruz y buscó la eliminación de los cacicazgos y la integración del país. Se fomentó la industria con el sufragio de capital extranjero, principalmente de Francia y el Reino Unido, tratando de evitar el estadounidense.

El 11 de septiembre de 1875, fue miembro fundador de la Academia Mexicana de la Lengua, ocupó la silla VII.

Hacia finales de su período presidencial, se inició una campaña de propaganda para buscar una reelección, lo cual produjo disgusto general en todo el país. En 1876 intentó hacer modificaciones legales para permitir su reelección. Durante las elecciones, Lerdo de Tejada fue apoyado por el Poder Legislativo el cual declaró válido el resultado a favor de Lerdo y por lo tanto ganador de los comicios Presidenciales de 1876, sin embargo el Poder Judicial encabezado por Iglesias declaró que las elecciones habían sido fraudulentas. El 15 de enero, Porfirio Díaz aprovechó la situación para levantarse en armas mediante el Plan de Tuxtepec. Díaz modificó el plan en Palo Blanco, con el objetivo de ganar partidarios, reconoció a José María Iglesias como presidente interino, mientras Lerdo trataba de asegurar la reelección imponiendo obligaciones a los soldados y empleados públicos para votar por él. Iglesias decidió no pactar con Díaz y salió de la capital emitiendo un manifiesto en Salamanca. Esta vez, la rebelión triunfó en la Batalla de Tecoac. Lerdo se vio en la necesidad de renunciar, entregó el poder a Protasio Tagle y abandonó el país en enero de 1877; Iglesias conferenció con Díaz, con muy poco respaldo, también se vio obligado a abandonar el país rumbo a Estados Unidos.

El en el exilio decidió conspirar contra Días, sin mucho éxito, al carecer de apoyo por parte de los mexicanos. Decide crear un rancho, donde tiene distintas clases de animales inclusive el primer panda que fue transportado en América. Gran patriota decide organizar a los mexicanos que radicaban en Estados Unidos de América, para intentar recuperar el territorio perdido. Gana distintas batallas en California y Nuevo México, hasta que finalmente muere envenenado, por una traición de uno de sus generales Roberto Salazar Ramírez. Posteriormente vengado por Gabriel Balderas Vasaldua. Sus tropas sin un líder se dispersaron, y se dedicaron a robar ganado y saltear caminos.

Sebastián Lerdo de Tejada vivió el resto de su vida desterrado en la ciudad de Nueva York. Nunca se casó. Murió el 22 de abril de 1889, sus restos fueron trasladados a México y depositados en la Rotonda de las Personas Ilustres.

LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA



El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina, y se le apareció de esta manera: La Virgen venía vestida de blanco.

Junto a Ella había un globo luciente sobre el cual estaba la cruz. Nuestra Señora abrió sus manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la tierra.

María Santísima dijo entonces a Sor Catalina: 


"Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan".

Entonces alrededor de la cabeza de la Virgen se formó un círculo o una aureola con estas palabras: "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti".

 Y una voz dijo a Catalina: "Hay que hacer una medalla semejante a esto que estas viendo. Todas las personas que la lleven, sentirán la protección de la Virgen", y apareció una M, sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María.

Es lo que hoy está en la Medalla Milagrosa.

El Arzobispo de París permitió fabricar la medalla tal cual había aparecido en la visión, y al poco tiempo empezaron los milagros.

Lo que consigue favores de Dios no es la medalla, que es un metal muerto, sino nuestra fe y la demostración de cariño que le hacemos a la Virgen Santa, llevando su sagrada imagen.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

SANTOS DEGOLLADO



El general José Nemesio Francisco Degollado Sánchez, mejor conocido como Santos Degollado nació en Guanajuato, México, el 30 de octubre de 1811,  murió en  Llanos de Salazar, Estado de México, el 15 de junio de 1861 se le conoce como el Héroe de las Derrotas. Fue un militar y político mexicano que se dedicó además, a la geografía, filosofía, física, gramática, matemática, jurisprudencia, historia  universal y teología. Su nombre original fue José Nemesio Francisco Degollado, pero por la fecha en que se bautizó, adoptó el nombre de Santos. Fue diputado local, ministro de la Suprema Corte de Justicia, gobernador de Michoacán, Secretario de Gobernación y general en Jefe del Ejército Federal.

Nació en la ciudad de Guanajuato en 1811, sus padres fueron María Sánchez y Francisco Degollado, quienes por ser partidarios del movimiento insurgente durante la Independencia de México sufrieron la confiscación de sus bienes. Al quedar huérfano a la edad de 6 años se mudó a la ciudad de México con un tío, el Presbítero Mariano Garrido, quien fue enviado al pueblo de San Diego Cocupao hoy Quiroga, Michoacán como Teniente de Cura, y el niño fue con él. En Cocupao Santos Degollado contrajo matrimonio con Ignacia Castañeda Espinoza el día 14 de octubre de 1828. Ese mismo año pasó a Morelia, donde fijó su residencia y trabajó en una escribanía y en la haceduría de la Catedral. En 1835ingresó a la política bajo la tutela de Melchor Ocampo.
Se unió a las fuerzas federalistas al lado de Gordiano Guzmán en 1839 para restablecer el federalismo. Era considerado excelente espadachín y jinete. Fue Director de Estudios de Michoacán durante el gobierno de Ocampo (1846-1848). En1854 se sumó a la Revolución de Ayutla.

En 1855, al frente de un cuerpo de ejército, derrotó a los santanistas en Puruándiro el 20 de abril, en La Piedad en mayo, en Zapotlán el 20 de julio y en Guadalajara el 22 de agosto. Al triunfo de los liberales fue designado gobernador de Jalisco en 1857. El 27 de marzo de 1858, después de la derrota que sufrió en Salamanca, el presidente Benito Juárez lo nombró Secretario de Guerra y General en Jefe del Ejército Federal; fue derrotado de nuevo por Miramón en Atenquique.

En octubre logró recuperar Guadalajara, pero el 26 de diciembre perdió la Batalla de San Joaquín, cerca de Colima, y se retiró a Morelia. En marzo de 1859 marchó sobre México para interponerse a los planes de Miguel Miramón, quien pretendía asediar la plaza de Veracruz, donde residía el Gobierno de Juárez. Pero fue derrotado por el general Leonardo Márquez el 11 de abril en Tacubaya, Santos Degollado logró escapar, pero cincuenta y tres de sus hombres fueron hechos prisioneros y fusilados; se les conoce como los mártires de Tacubaya. Con sorprendente movilidad, reapareció en Colima, formó una tropa, atravesó el país y se reunió conBenito Juárez en Veracruz, donde intervino en la preparación de las Leyes de Reforma. Otra vez en campaña, en septiembre organizó un ejército de seis mil hombres en San Luis Potosí, pero llamado al puerto por el presidente, asumió la cartera de Relaciones y luego volvió a encargarse de la jefatura del ejército.

El 27 de enero de 1860, Degollado fue designado Secretario de Relaciones Exteriores, en sustitución de Melchor Ocampo, como consecuencia de los ataques políticos que este último sufría por el Tratado de McLane-Ocampo. Degollado duró sólo dos meses en el cargo, pero fueron los más difíciles para el gobierno de Veracruz, debido al sitio del puerto por Miramón y al amago de desembarco del mercenario Tomás Marín al servicio del bando conservador. Además, recibía grandes presiones de Gran Bretaña para llegar a un arreglo de paz con los conservadores. Degollado se manifestó desesperadamente, a fines de 1860, por una solución negociada de la guerra civil.

Lanzó una propuesta de paz entre los liberales y los conservadores con la mediación de Inglaterra, similar a la que apenas unos meses antes había rechazado con gran patriotismo. Con ello, Degollado se ganó el repudio de los liberales y del mismo presidente Juárez. Desde entonces comenzó el declive de su carrera política y se sumió en una depresión de la que ya no saldría.

En 1861, al enterarse del asesinato de Melchor Ocampo por unos conservadores, salió a vengar la memoria de su amigo. Fue emboscado en los llanos de Salazar, monte de las Cruces el 15 de junio de 1861; una bala le dio en la cabeza y sus enemigos lo remataron en el suelo. Fue enterrado en Huixquilucan. Fue absuelto por el Congreso de la Unión de las acusaciones que se le hacían y declarado "Benemérito de la Patria”. Sus restos se trasladaron a la Rotonda de las Personas Ilustres el 26 de noviembre de 1936.