General José
María Maytorena Tapia fue un militar mexicano que participó en la Revolución mexicana.
Nació en Guaymas, Sonora, el 18 de julio de 1867; hijo de José María Maytorena Goycochea y Santos Tapia
Arvizu. Su padre era un acaudalado propietario del estado sonorense y había
figurado como candidato independiente para gobernador de Sonora, en oposición al triunvirato Torres-Corral-Izábal. Realizó
sus primeros estudios en su lugar natal y los continuó en el Santa Clara
College de California, Estados Unidos. Al regresar al país se encargó de administrar
algunos bienes de su padre, entre los que se hallaban la Hacienda "La
Misa", de las que hizo una de las más ricas de Guaymas, Santa María, San
Antonio de Arriba, El Cautivo, El Reparo, Las Mercedes, Las Termópilas y El
Palo Verde.
En 1909 apoyó
inicialmente la candidatura de Bernardo Reyes, por ser amigo de su padre: con Carlos E.
Randall, Víctor Manuel Venegas y Eugenio Gayou fundó el club reyista de Guaymas, sufriendo con ello diversas persecuciones. Al año siguiente
se alió a Francisco I. Madero y
a las filas anti reeleccionistas; incluso organizó la Junta Revolucionaria de
Nogales, para
ayudar al levantamiento armado. Una vez firmados los Tratados de Ciudad Juárez fue elegido gobernador constitucional de Sonora para
el periodo de 1911 a 1915; ahí realizó una labor progresista, sobre todo en el ramo de
la educación ya que suprimió el Colegio de Sonora, estableció la Dirección
General de Educación Pública y fundó la Escuela Normal. Realizó medidas para
capacitar al magisteriado local y para alfabetizar a las clases populares. En 1912 combatió
exitosamente a los rebeldes orozquistas de su estado.
A raíz de la Decena Trágica en
febrero de 1913 lanzó
un manifiesto de solidaridad con Francisco I. Madero ante
su asesinato, sin embargo, se mostró vacilante ante las presiones del gobierno
de Victoriano Huerta procurando
ganar tiempo y nunca aceptó reconocer su gobierno, pero la presión de los
jóvenes políticos y militares sonorenses lo orilló a pedir una licencia por
seis meses, dejando en el gobierno a Ignacio L. Pesqueira.
Marchó a Estados Unidos, donde aparentemente mantuvo conversaciones con
el entonces secretario de Estado William Bryan, sobre su oposición al reconocimiento del
gobierno de Victoriano Huerta. Casi al finalizar su licencia, regresó a Sonora, y Venustiano Carranza, lo
autorizó para que a partir de de agosto se volviera a hacer cargo del poder
estatal. A la llegada de Carranza a Sonora, en septiembre de 1913, hubo un distanciamiento entre ambos, causado por sus
diferencias respecto al grupo obregonista en formación.
En la primera mitad
de 1914 el
choque se hizo claro; Plutarco Elías
Calles, comandante militar de Hermosillo, lo acusó de conspirar contra Venustiano Carranza, por
lo que de Sonora fueron expulsados algunos funcionarios y personas
adictas a éste. Las tropas maytorenistas "voltearon" a
las de Salvador Alvarado, a quién incluso aprehendieron, y desde entonces
Maytorena asumió el mando militar de la plaza. En agosto, Álvaro Obregón y
Francisco Villa firmaron
un trato aceptando que Maytorena asumiera el mando militar de las fuerzas del
estado, pero Obregón anuló el pacto al día siguiente. Maytorena estaba apoyado
por la guarnición de Navojoa y las tribus yaquis. El 23 de septiembre, contando con el apoyo de Francisco Villa, desconoció a Carranza. En la Convención de Aguascalientes se
hizo presentar por Alberto B. Piña, que reconoció a Eulalio Gutiérrez como
presidente provisional del país. Obviamente, en la escisión revolucionaria
permaneció con Villa. Luchó contra las fuerzas de Plutarco Elías
Calles en Agua Prieta y
contra las de Ángel Flores en Navojoa. Armó a los indios yaqui para
que lo apoyaran, sitió Naco y derrotó a Benjamín Hill en la llamada "Batalla de Martínez". El primero de octubre de 1915, por órdenes de Francisco Villa y
ante el término legal de su mandato, entregó el poder ejecutivo del estado a Carlos E. Randall y el militar al general Francisco Urbalejo. Poco
después partió a Washington y luego se radicó en Los Ángeles, California. Regresó al país años después, pero Plutarco Elías
Calles lo
volvió a expulsar, volviendo definitivamente hacia 1938. Se dedicó a la vida privada en Hermosillo y
Guaymas; el presidente Manuel Ávila Camacho le
expidió patente de general de división en 1943.
Murió el 18 de enero de 1948.
No hay comentarios:
Publicar un comentario