viernes, 10 de abril de 2015

PLUTARCO ELÍAS CALLES



Plutarco Elías Calles nació en Guaymas, Sonora, en 1877, murió en la Ciudad de México en 1945 Militar y político mexicano, presidente de la República entre 1924 y 1928. Su importancia en la política mexicana, sin embargo, se prolonga más allá de su mandato: promovió el acceso a la presidencia de su predecesor, Álvaro Obregón 1920-1924, permitió la reforma constitucional que posibilitó la reelección de Obregón e influyó en sus sucesores, hasta el punto de que el periodo 1928-1936 es conocido como "maximato" por la sumisión de los presidentes a la figura de Calles, apodado el "jefe máximo".

Maestro de escuela en el estado de Sonora, en 1912 abandonó su labor docente para ingresar en el ejército revolucionario del general Álvaro Obregón como capitán. Luchó contra el movimiento orozquista y, un año más tarde, participó con las tropas de Obregón en el derrocamiento del presidente Victoriano Huerta. En 1915 alcanzó el grado de coronel por sus destacadas actuaciones militares en la lucha contra Pancho Villa. Ese mismo año, el presidente Venustiano Carranza lo nombró gobernador de Sonora, cargo que fue para él una excelente escuela política. Durante su segundo mandato como gobernador de Sonora, a partir de 1917, promulgó una nueva Constitución para el Estado y diversas leyes agrarias y laborales de marcado corte social.


En 1919 Carranza lo nombró secretario de Comercio y Trabajo, si bien no duró mucho en el cargo; Calles dimitió y apoyó el Plan de Agua Prieta con el que Obregón destituyó a Carranza de la presidencia. Tras el asesinato de Carranza, Obregón obtuvo la victoria en las elecciones; el nuevo presidente nombró a Calles secretario de Gobernación, cargo que desempeñó durante tres años 1920-23. Calles se convirtió en el colaborador más estrecho del presidente y en su virtual sucesor. Después del fracaso de la rebelión de los seguidores de Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles fue elegido presidente para el período comprendido entre los años 1924 y 1928.

La presidencia de Calles se caracterizó por la consolidación y profundización de la revolución mexicana de 1910: reforma agraria, extensión de la enseñanza, construcción de obras públicas, reorganización del ejército… Su política anticlerical le enfrentó violentamente con la Iglesia católica «revolución cristera» de 1925-26. También mantuvo un áspero conflicto con Estados Unidos a raíz de sus pretensiones de nacionalizar el petróleo y las propiedades territoriales como preveía la Constitución aprobada en 1917; finalmente, Calles hubo de ceder, autorizando la penetración en México de los intereses económicos norteamericanos 1927. Pese a todo, y por sus numerosas realizaciones e instituciones que fundó, se el considera el creador del México moderno.

Calles continuó en la vida política después de dejar la Presidencia, fundando el Partido Nacional Revolucionario 1929 e influyendo en los presidentes que le sucedieron: Emilio Portes 1928-30, Pascual Ortiz 1930-32 y Abelardo Rodríguez 1932-34. Como ministro de Hacienda decretó el abandono del patrón oro en 1931. Paulatinamente se fue acercando a posiciones más conservadoras, desde las que criticó la tendencia izquierdista adoptada por la presidencia de Lázaro Cárdenas 1934-40. Esto le obligó a dejar el país y exiliarse en California en 1936; regresó a México en 1941, pero ya no intervino más en la política nacional.

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