"La
Virgen Inmaculada... asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial fue
ensalzada por el Señor como Reina universal, con el fin de que se asemejase de
forma más plena a su Hijo, Señor de señores y vencedor del pecado y de la
muerte".
En 1954
el Papa Pío XII, instituyó la fiesta Litúrgica del Reinado de María al coronar
a la Virgen en Santa María la Mayor, Roma. En esta ocasión el Papa también
promulgó el documento principal del Magisterio acerca de la dignidad y realeza
de María, la Encíclica Ad coeli Reginam.
El pueblo
cristiano siempre ha reconocido a María Reina por ser madre del Rey de reyes y
Señor de Señores. Su poder y sus atributos los recibe del Todopoderoso: Su
Hijo, Jesucristo. Es El quien la constituye Reina y Señora de todo lo creado,
de los hombres y aún de los ángeles.
Juan
Pablo II, el 23 de julio del 1997, habló sobre la Virgen como Reina del
universo. Recordó que "a partir del siglo V, casi en el mismo período en
que el Concilio de Éfeso proclama a la Virgen 'Madre de Dios', se comienza a
atribuir a María el título de Reina. El pueblo cristiano, con este ulterior
reconocimiento de su dignidad excelsa, quiere situarla por encima de todas las
criaturas, exaltando su papel y su importancia en la vida de cada persona y del
mundo entero".
El Santo
Padre explicó que "el título de Reina no sustituye al de Madre: su realeza
sigue siendo un corolario de su peculiar misión materna, y expresa simplemente
el poder que le ha sido conferido para llevar a cabo esta misión. Los
cristianos miran con confianza a María Reina, y esto aumenta su abandono filial
en Aquella que es madre en el orden de la gracia".
"La
Asunción favorece la plena comunión de María no sólo con Cristo, sino con cada
uno de nosotros. Ella está junto a nosotros porque su estado glorioso le
permite seguirnos en nuestro cotidiano itinerario terreno. Ella conoce todo lo
que sucede en nuestra existencia y nos sostiene con amor materno en las pruebas
de la vida".
NATURALEZA DEL REINO DE MARIA
El reino
de Santa María, a semejanza y en perfecta coincidencia con el reino de
Jesucristo, no es un reino temporal y terreno, sino más bien un reino eterno y
universal: -"Reino de verdad y de vida, de santidad, de gracia, de amor y
de paz"
a) Es un
reino eterno porque existirá siempre y no tendrá fin y, es universal porque se
extiende al Cielo, a la tierra y a los abismos.
b) Es un
reino de verdad y de vida. Para esto vino Jesús al mundo, para dar testimonio
de la verdad y para dar la vida sobrenatural a los hombres.
c) Es un
reino de santidad y justicia porque María, la llena de gracia, nos alcanza las
gracias de su Hijo para que seamos santos; y de justicia porque premia las
buenas obras de todos.
d) Es un
reino de amor porque de su eximia caridad nos ama con corazón maternal como
hijos suyos y hermanos de su Hijo.
e) Es un
reino de paz, nunca de odios y rencores; de la paz con que se llenan los
corazones que reciben las gracias de Dios. Santa María como Reina y Madre del
Rey es coronada en sus imágenes -según costumbre de la Iglesia- para simbolizar
por este modo el dominio y poder que tiene sobre todos los súbditos de su reino.
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