Santiago formó parte del grupo de los tres
preferidos de Jesús, junto con su hermano Juan y con Simón Pedro. Después de
presenciar la pesca milagrosa, al oír que Jesús les decía: "Desde ahora
seréis pescadores de hombres", dejó sus redes y a su padre y a su empresa
pesquera y se fue con Jesucristo a colaborarle en su apostolado. Presenció
todos los grandes milagros de Cristo, y con Pedro y Juan fueron los únicos que
estuvieron presentes en la Transfiguración del Señor y en su Oración en el
Huerto de Getsemaní. ¿Por qué lo prefería tanto Jesús? Quizás porque (como dice
San Juan Crisóstomo) era el más atrevido y valiente para declararse amigo y
seguidor del Redentor, o porque iba a ser el primero que derramaría su sangre
por proclamar su fe en Jesucristo. Que Jesús nos tenga también a nosotros en el
grupo de sus preferidos.
Cuenta el santo Evangelio que una vez al
pasar por un pueblo de Samaria, la gente no quiso proporcionarles ningún
alimento y que Santiago y Juan le pidieron a Jesús que hiciera llover fuego del
cielo y quemara a esos maleducados. Cristo tuvo que regañarlos por ese espíritu
vengativo, y les recordó que El no había venido a hacer daño a nadie sino a
salvar al mayor número posible de personas. Santiago no era santo cuando se
hizo discípulo del Señor. La santidad le irá llegando poquito a poco.
Otro día Santiago y Juan comisionaron a
Salomé, su madre, para que fuera a pedirle a Jesús que en el día de su gloria
los colocara a ellos dos en los primeros puestos: uno a la derecha y otro a la
izquierda. Jesús les dijo: "¿Serán capaces de beber el cáliz de amargura
que yo voy a beber?" Ellos le dijeron: "Sí somos capaces".
Cristo añadió: "El cáliz de amargura sí lo beberán, pero el ocupar los
primeros puestos no me corresponde a Mí el concederlo, sino que esos puestos
son para aquellos para quienes los tiene reservado mi Padre Celestial".
Los otros apóstoles se disgustaron por esta petición tan vanidosa de los dos
hijos de Zebedeo, pero Jesús les dijo a todos: "El que quiera ser el
primero, que se haga el servidor de todos, a imitación del Hijo del hombre que
no ha venido a ser servido sino a servir". Seguramente que con esta
lección de Jesús, habrá aprendido Santiago a ser más humilde.
Después de la Ascensión de Jesús, Santiago el
Mayor se distinguió como una de las principales figuras entre el grupo de los
Apóstoles. Por eso cuando el rey Herodes Agripa se propuso acabar con los
seguidores de Cristo, lo primero que hizo fue mandar cortarle la cabeza a
Santiago, y encarcelar a Pedro. Así el hijo de Zebedeo tuvo el honor de ser el
primero de los apóstoles que derramó su sangre por proclamar la religión de
Jesús Resucitado.
Antiguas tradiciones del siglo VI dicen que
Santiago alcanzó a ir hasta España a evangelizar. Y desde el siglo IX se cree
que su cuerpo se encuentra en la catedral de Compostela norte de España y a ese
santuario han ido miles y miles de peregrinos por siglos y siglos y han
conseguido maravillosos favores del cielo. El historiador Pérez de Urbel dice
que lo que hay en Santiago de Compostela son unas reliquias, o sea restos del
Apóstol, que fueron llevados allí desde Palestina.
Es Patrono de España y de su caballería. Los
españoles lo han invocado en momentos de grandes peligros y han sentido su
poderosa protección. También nosotros si pedimos su intercesión conseguiremos
sus favores.
Apóstol
Santiago: pídele a Jesús que seamos muchos, muchos, los que como tú, nos
dediquemos con toda valentía y generosidad a propagar por el mundo la religión
de Cristo.
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