Margarita era hija
del rey San Eduardo. Su padre tuvo que salir huyendo de Inglaterra cuando el
rey Canuto de Dinamarca invadió el país. Luego de caer Inglaterra en poder de
Guillermo el Conquistador, Margarita y sus hermanos se refugiaron en Escocia,
donde era rey Malcon III, el cual al darse cuenta de las cualidades de bondad y
caridad que tenía la joven, se casó con ella. Y así Margarita, a los 24 años
llegó a ser reina de Escocia.
Para ella lo
principal en la vida era ayudar a los pobres. Cada día antes de ir a almorzar
servía personalmente el almuerzo a nueve niños huérfanos y a veces les servía
de rodillas, al recordar que los favores que hacemos al pobre los recibe
Jesucristo como hechos a Él mismo. En su palacio de reina se atendía
diariamente a centenares de pobres, y cuando ella salía por las calles volvía a
la casa sin dinero, sin joyas y hasta sin el manto, porque todo lo regalaba a
los necesitados. Era estimadísima entre el pueblo por la inmensa compasión que
demostraba hacia los más miserables.
Tuvo seis hijos y dos
hijas. Su esposo Malcon III era cruel y rudo, pero la amabilidad de Margarita
lo fue volviendo amable y caritativo, tanto que él mismo le ayudaba a servir el
almuerzo a los centenares de pobres que llegaban a pedir alimentos. De los
hijos de Margarita, dos llegaron a ser santos y tres fueron reyes, y del esposo
de una hija de ella, Enrique I, proviene la actual familia real de Inglaterra.
Costeó la
construcción de conventos y templos y organizó una asociación de señoras para
dedicarse con ellas a tejer y bordar ornamentos para las iglesias, a sus hijos
los educó muy cuidadosamente en la religión católica y se esmeró porque
aprendieran muy bien el catecismo y la doctrina cristiana. En su casa y entre
la gente del pueblo hacía leer las vidas de santos. Se esmeraba en conseguir
sacerdotes fervorosos para las parroquias. A su esposo el rey, lo entusiasmaba
continuamente para que hiciera obras a favor de la Iglesia y de los pobres, y
para que fuera compasivo con sus enemigos.
Construyó una
hermosísima catedral. Insistía mucho a la gente en el deber de santificar el
domingo. En Cuaresma y en Adviento, las cuatro semanas anteriores a la Navidad
ayunaba cada día. Le gustaba mucho leer los Evangelios y pasaba varias horas de
la noche en oración.
Su esposo y su hijo
mayor murieron batallando contra los ingleses que querían invadir el territorio
de Escocia. Santa Margarita sufrió inmensamente al saber tan trágica noticia.
Exclamó entonces: "Te doy gracias Dios mío, porque al mandarme tan
dolorosas noticias me purificas de mis pecados", y cuatro días después
ella también murió, el 16 de noviembre del año 1093.
Inmediatamente el
pueblo empezó a honrarla como santa, y su popularidad ha sido inmensa en
Escocia y en otros países. Es recordada sobre todo por su admirable generosidad
para con los pobres y afligidos.
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