San Irineo es considerado como uno de
los padres de la Iglesia, porque en la antigüedad con su sabiduría y sus
escritos libró a la cristiandad de las dañosísimas enseñanzas de los Gnósticos,
y supo detener a esta secta que amenazaba con hacer mucho mal.
En una hermosa carta San Irineo le
dice a un amigo suyo que se pasó a los gnósticos: "Te recuerdo que siendo
yo un niño, allá en Asia Menor me eduqué junto al gran obispo Policarpo. Y
también tú aprendiste con él, antes de pasarte a la perniciosa secta. ¡Con qué
cariño recuerdo las enseñanzas de este gran sabio Policarpo! Podría señalar
todavía el sitio donde se colocaba para enseñar, y su modo de andar y de
accionar, y los rasgos de su fisonomía y las palabras que dirigía a la
muchedumbre. Podría todavía repetir (aunque han pasado tantos años) las
palabras con las cuales nos contaba como él había tratado con Juan el
Evangelista y con otros que conocieron personalmente a Nuestro Señor. Y como el
apóstol Juan les repetía las mismas palabras que el Redentor dijo a ellos y les
contaba los hechos maravillosos que ellos presenciaron cuando vivieron junto al
Hijo de Dios. Todo esto lo repetía muchas veces Policarpo y lo que él enseñaba
estaba totalmente de acuerdo con las Sagradas Escrituras. Yo oía todo aquello
con inmensa emoción y se me quedaba grabado en el corazón y en la memoria. Y lo
pienso y lo medito, y lo recuerdo, con la gracia de Dios cada día".
Y después de anotar tan hermosos
recuerdos de su niñez le dice al gnóstico: "en la presencia del Señor
Dios, te puedo asegurar que aquel santo anciano Policarpo, si oyera las
herejías gnósticas que tú enseñas, se taparía los oídos y exclamaría: '¡Oh
Dios: que cosas tan horribles me ha tocado escuchar en mi vida! ¡A que excesos
de error se ha llegado en estos tiempos! ¿Por qué tengo que escuchar semejantes
errores?', y saldría huyendo de aquél lugar donde se escuchan tus dañosas
enseñanzas".
San Irineo nació en el Asia
Menor hacia el año 125 y como lo dice en su carta, tuvo el privilegio de ser
educado por San Policarpo, un santo que fue discípulo del evangelista San Juan.
Después se fue a vivir a Lyon que era la ciudad más comercial y populosa de
Francia en ese tiempo.
Era el sacerdote más sabio de
Lyon y por ello los católicos de esta ciudad lo enviaron a Roma como jefe de
una embajada que tenía como oficio obtener que el Sumo Pontífice concediera su
perdón a un grupo de cristianos que antes habían sido infieles pero que ahora
querían otra vez ser fieles a la Santa Religión.
Y sucedió que mientras él estaba
en Roma estalló en Lyon la terrible persecución en la cual murieron el obispo
San Potino y un inmenso número de mártires. Irineo hubiera sido también
martirizado si se hubiera encontrado en esos días en Lyon. Pero cuando regresó
ya se había calmado la persecución. Dios lo tenía destinado para defender con
sus escritos la Santa Religión.
A su regreso a Lyon fue proclamado
por el pueblo como sucesor del obispo San Potino, y se dedicó con todo su
entusiasmo a enfervorizar a sus cristianos y a defenderlos de los errores de
los herejes.
En su tiempo se difundió mucho
una de las herejías que más daño han hecho a la religión Católica y que aún
existe en muchas partes. La secta de los gnósticos. Estos enseñan un sinfín de
errores y no se basan en las Sagradas Escrituras sino en doctrinas raras e
inventadas por los hombres. Creen en la reencarnación y se imaginan que con la
sola mente humana se logran conseguir todas las soluciones a todos los
problemas, sin la necesidad de la fe y de la revelación.
San Irineo que era un gran
estudioso, se propuso analizar bien detenidamente todos los errores de los
gnósticos y publicó cinco libros en los cuales los fue desenmascarando y les
fue quitando su piel de oveja para que parecieran los lobos que eran. Él no
atacaba con amargura, pero iba presentando lo absurdas que son las enseñanzas
de los gnósticos. Se preocupaba más por convertir que por confundir y por eso
era muy moderado y muy suave en sus ataques al enemigo. Pero de vez en cuando
se le escapan algunas saetas como estas: "Con un poquito de ciencias raras
que aprenden, los gnósticos ya se imaginan que bajaron directamente del cielo;
se pavonean como gallos orgullosos y parece que estuvieran andando de gancho
con los ángeles".
Los libros de Irineo contra los
gnósticos fueron traducidos a los idiomas más extendidos de ese entonces y se
divulgaron por todas las iglesias y con ellos se logró detener la peligrosa
secta y librar a la religión de errores sumamente dañinos.
14 años después de su primera
embajada fue enviado otra vez Irineo a Roma a pedir al Papa que quitara la
excomunión a algunos cristianos que no habían querido obedecer las leyes de la
Iglesia en cuanto a las fechas para la Semana Santa y Pascua. Y obtuvo el
perdón del Sumo Pontífice. Por lo cual la gente decía que estaba haciendo honor
a su nombre que significa: "Amigo de la paz".
No se sabe a ciencia cierta si
Irineo murió mártir o murió de muerte natural. Pero lo que sí es cierto es que
sus escritos han sido siempre de gran provecho espiritual para los cristianos.
Quiera Dios, por intercesión de
este santo, enviar siempre a su Iglesia Católica, escritores que defiendan la
religión y animen a todos a ser mejores seguidores de Jesucristo.
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