Los datos más precisos sobre la vida militar de Expedito fueron
recopilados por un grupo de Jesuitas llamados Bolandistas, que se dedicaron a
investigar y recopilar del modo más preciso posible la vida de nuestro santo.
Con siglos de crónicas, San Expedito es conocido en toda Europa y Asia menor.
El santo habría sido armenio, y si bien se desconoce su lugar real de
nacimiento, es probable que haya sido la localidad de Metilene, que es también
en donde sufre su martirio. Otra posibilidad es que fuera oriundo de Roma, y
enviado en misión militar a Metilene. Esta ciudad fue construida en el Siglo II
por el emperador romano Trajano. Armenia fue una de las primeras regiones en
recibir las enseñanzas de los apóstoles Judas Tadeo, Simón y Batoloméo, como
así también un lugar de innumerables persecuciones a los cristianos. En este
país se derramó la sangre de muchos mártires, entre ellos San Expedito y San
Pantaleón.
San Expedito era contemporáneo de Santa Filomena y San Jorge y vivió a
principios del siglo IV. Nuestro santo era un militar del Imperio Romano que
tenía a su cargo toda una legión a las ordenes de Dioclesiano, emperador que
años más tarde lo mandaría a matar. La Tradición cuenta que Expedito era jefe
de la 12ª Legión Romana conocida como “Fulminante”, que estaba establecida en
Metilene, sede de una de las provincias romanas da Armenia. Militar de carrera,
tenía más de seis mil hombres a su cargo, y había recibido el estricto
entrenamiento militar de las legiones del César, comprometido con la defensa del
imperio y sus leyes. Se cree que su nombre deriva de ¿Expedici? que era un tipo
de formación militar romana ligera y veloz; seguramente nuestro santo se inició
en una unidad de este tipo y de allí deriva su apellido.
Milagro en batalla
San Expedito -Hodie-Las legiones eran poderosas unidades militares
dispersas a lo largo y ancho del imperio, con unos siete mil soldados de
infantería cada una y apoyadas también por caballería. Expedito estaba a cargo
de la Legión ¿Fulminante? con el título de Tribuno, equivalente al rango de
General de División. Las milicias romanas habían recibido de Diocleciano el
decreto ordenando la persecución de los cristianos, que se oponían a profesar
la fe politeísta oficial del imperio. La pena era la muerte, y en particular era
la pena de flagelación y decapitación para los funcionarios del imperio,
militares o civiles, que se convirtieran al cristianismo.
La legión de Expedito estaba basada en Armenia y tenía como misión
principal luchar contra los pueblos bárbaros en la zona de Germania, esto es en
Armenia y Turquía. Habían luchado durante mucho tiempo, bajo las órdenes de su
general, pero habían agotado las provisiones de alimentos y agua en tierras que
estaban infectadas de enemigos. Finalmente, enfrentaron una vez más la batalla
sin tener las fuerzas para hacerlo. Expedito les habló, trató de levantar sus
espíritus una vez más, pera nada logró esta vez. El enemigo estaba cada vez más
cerca, y sin fuerzas, alimentos ni bebida, nada podía hacerse.
Los soldados romanos habían visto muchas veces lo que hacían los
cristianos cuando enfrentaban la muerte que ellos mismos les prodigaban:
elevaban sus brazos al cielo y pedían ayuda a su Dios. Y la leyenda decía que
ese Dios muchas veces escuchaba sus pedidos y oficiaba milagros. Para sorpresa
de Expedito, sus soldados, de uno en uno empezaron a elevar sus brazos al cielo
y rogar a ese Dios único de los cristianos del que ellos habían escuchado
hablar. Las tropas enemigas se sorprendieron porque nunca habían visto a una
Legión Romana completa elevando sus brazos al cielo y rogando a Dios en pleno
campo de batalla. Se detuvieron extasiados, sin comprender lo que ocurría. En
ese momento el cielo se oscureció y precipitó un vendaval de viento y agua que
cubrió a soldados y bestias, transformando el lugar en confusión. La Fulminante
se recompuso y aprovechando la situación volvió a salir victoriosa de la
batalla.
La conversión y muerte de Expedito
San Expedito -imagen antigua-Muchos de los soldados de la legión se
convirtieron al Cristianismo de inmediato, felices de haber testimoniado el
Poder del Dios Único. Expedito no comprendía lo que ocurría, sin embargo su
corazón estaba tocado por la fortaleza de ese Dios que se había acordado de sus
hombres, y de él mismo. Su corazón sabía que Dios lo estaba llamando, pero su
puesto en la milicia romana no era compatible con tal conversión, lo esperaba
la muerte en caso de desafiar la autoridad del Emperador. Los hechos llegaron a
los oídos de Dioclesiano, que preocupado envió ordenes para que se detenga esa
revuelta militar, de soldados romanos convertidos al cristianismo.
Expedito dudó y dudó, postergó su decisión una y otra vez. Muchos de sus
propios soldados se habían unido a Jesucristo, a la fe de los cristianos. Su
corazón no se decidía entre los apegos a las glorias humanas, a su carrera
militar, y el llamado que indudablemente recibía desde lo alto. Pero cierto día
Expedito fue tocado por la Gracia de Dios y recibió la Luz Divina. Este
episodio cambiaría para siempre su vida, convirtiéndose inmediatamente al
cristianismo, cueste lo que cueste.
Conmovido por los hechos vividos e inspirado por el Espíritu Santo,
Expedito resuelve un día cambiar su vida y convertirse al cristianismo. Fue
entonces que se le apareció el espíritu del mal en la forma de un cuervo. El
cuervo le gritaba ¡cras…cras…!, palabra latina que quiere decir
“mañana…mañana”. Esta decisión déjala para mañana, le decía el cuervo. ¡No
tengas apuro! ¡Espera por tu conversión! Pero San Expedito reaccionó
enérgicamente aplastando al cuervo con su pie derecho mientras exclamaba Hodie…
Hodie… Hodie que en latín significa Hoy… Hoy… Hoy… ¡No dejaré nada para mañana,
a partir de hoy seré cristiano!
El circo romano había sido creado por el Emperador para demostrar el
poder del Imperio, pero irónicamente había producido el efecto contrario, el de
difundir el cristianismo más y más. Cuando Expedito se convirtió al
Cristianismo comenzó a proteger a los mártires que eran devorados por los
leones en el circo. Para Dioclesiano esto era inadmisible, un general a cargo
de una Legión del Imperio se atrevía a desafiar su decreto Imperial. De
inmediato se ordenó el arresto y el interrogatorio de Expedito y sus más
cercanos soldados y amigos, todos convertidos a la fe de Cristo, por aquellos que
hasta poco tiempo atrás eran sus compañeros de milicia.
El 19 de abril del año 303 de nuestra era, por orden del Emperador
Diocleciano, nuestro santo fue sacrificado en Melitene, sede de una de las
Provincias Romanas en Armenia junto con sus compañeros de milicia Caio, Gálatas,
Hermogenes, Aristonico y Rufo. La pena fue de flagelación dando lugar al posible
arrepentimiento del reo y la decapitación. Su sangre regó aquellos primeros
siglos de la Iglesia, junto a la de tantos otros mártires que comprendieron que
Cristo mismo, en Su Cruz, tiene Su Trono en la celebración Eucarística legada
en la noche del Jueves Santo.
La devoción a San Expedito se ha ido difundiendo especialmente en la
época moderna. Se recogen noticias de su devoción hacia mediados del siglo XVII
en Sicilia, especialmente, en las ciudades de Mesina y Arcireale, donde en 1781
fue declarado segundo patrono de la ciudad y patrono especial de comerciantes y
navegantes, y también protector para obtener rápida solución a los problemas
urgentes. En nuestros tiempos, infinidad de Iglesias tienen imágenes de nuestro
santo, y rinden culto a su devoción.
En forma coherente con su propia historia de vida, San Expedito tiene un
rol de intercesión especial frente a Dios para atender los casos urgentes. Nos
referimos a los casos en que de producirse una demora habría un gran perjuicio.
Es conocido como uno de los abogados de las causas imposibles junto con Santa
Rita de Cascia y San Judas Tadeo oriundo de Nazaret y primo del Señor, a
quienes también se les suele invocar en estos casos. También ha pasado a ser
patrono de las personas que quieren obtener una Gracia por una causa perdida,
pero la necesitan inmediatamente. De este modo, San Expedito es reconocido por
el Don que Nuestro Padre Misericordioso le dio para resolver nuestras
necesidades en formas urgente pero también es Patrono de los Jóvenes, Socorro
de los Estudiantes, Mediador en los Procesos y Juicios, Salud de los Enfermos,
Protector en los Problemas de Familia, Laborales y Negocios, pudiendo ser
invocado en otros casos.
Devocionario
San Expedito, este santo patrono, no atiende nuestros ruegos con el fin
de ser venerado, sino para que sigamos su ejemplo y nos acerquemos a Dios sin
postergaciones, ya mismo. San Expedito nos lleva a comprender que sólo Dios
puede ayudarnos, sólo el Señor puede escuchar nuestros pedidos y actuar de
acuerdo a nuestra mejor conveniencia, siempre según Su Divina Voluntad, la que
debemos respetar y honrar con nuestros actos.
Veamos en San Expedito un modelo de fortaleza y de coraje cristiano, y
así ¡sepamos tomar las armas del Señor, el amor, la fe y la esperanza, y
corramos a Su encuentro, revestidos de la armadura del estado de Gracia,
envueltos en los Sacramentos, enamorados de la Eucaristía, y dispuestos a dar
nuestra vida por quien es Todo Amor!